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martes, 25 de junio de 2013

¿Independiente yo?

Ricardo Escalante
Cuando uno escribe como periodista y fija posiciones sobre cualquier tema, queda, como es lógico suponer, expuesto a la crítica.  Así es y así tiene que ser, porque sólo quienes se consideran dueños de la verdad se niegan a la posibilidad de ser refutados.
Eso, además, le ocurre no solo a los periodistas, sino también a políticos, a jefes de Estado y a todo aquel que para bien o para mal tenga algo que ver con la opinión pública.
Escribo estas líneas en medio del calor abrasador y la pegajosa humedad de esta época del año, cuando uno desea que por momentos sople algún airecito refrescante. Pero no, lo que se siente es un anestesiante sopor que casi lo coloca a uno en el desvarío y, además, los altos precios de la energía son limitantes. Descosen el bolsillo.
La somnífera temperatura mañanera casi me hace olvidar que ciertos amigos y otros no tan amigos, me han puesto en el disparadero de sentarme a escribir sobre el controversial concepto con el cual me defino en mi página web: Periodista independiente. ¿Independiente yo? ¿No será más bien una falacia?
Pues bien, para satisfacer a esos lectores voy a entrar en explicaciones, comenzando por la advertencia de que no me molestan en absoluto las recriminaciones o los ataques irracionales de unos cuantos chavistas. Eso, como antes dije, lo considero normal y natural.  Me inquietaría mucho si no hubiera discrepantes, porque de la controversia surgen conclusiones positivas. Así que gracias a todos y, sobre todo, a los epígonos de esa “filosofía” que llaman chavismo.
Cuando dije que soy independiente quise decir exactamente lo que en el Diccionario de la Real Academia se describe como tal: “1. adj. Que no tiene dependencia, que no depende de otro. 2. adj. autónomo. 3. adj. Dicho de una persona: Que sostiene sus derechos u opiniones sin admitir intervención ajena”.
Quise decir que desde hace años no trabajo para ninguno de los medios de comunicación tradicionales y, en consecuencia, no estoy sujeto a cuidar políticas editoriales o a la autocensura. Digo lo que pienso y como lo pienso, así de simple.  En ese sentido soy totalmente independiente, es decir, no dependo de nadie.
Ahora bien, a quienes me han escrito con intenciones admonitorias o de descalificación, debo aclararles que no soy y nunca he sido un eunuco político. No. Muy por el contrario, quienes me conocen y me han tratado saben que tengo mis ideas. Son convicciones firmes que comienzan por el rechazo a todo tufo autoritario, totalitario. Soy antimilitarista y por eso desde el momento mismo de la aventura sediciosa de 1992, consideré a Chávez un hombre falso y un golpista fracasado.
Soy pluralista y creo en la necesidad del debate, en el respeto al adversario.  Eso, por supuesto, no está en la esencia del régimen del primitivo Nicolás Maduro, como lo prueban las golpizas a que han sido sometidos muchos opositores y las truculencias mediante las cuales él fue investido Presidente.  En ese sentido no soy independiente y no podría serlo. ¡Así de simple!

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