A consecuencia de cáncer, ayer a temprana hora falleció en un hospicio de Nueva York la abogada Cecilia Victoria Pérez Matos, hija menor del ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez.
Había nacido, estudiado y se había formado como abogado en Estados Unidos, donde pasó la mayor parte de su vida y donde ejerció su profesión. Le sobrevive su hermana María Francia. El ex presidente había fallecido el 25 de diciembre de 2010 y menos de un mes después su compañera sentimental Cecilia Matos.
Como homenaje a Cecilia Victoria reproduzco aquí una entrevista-reportaje que le hice en agosto de 2010 y publiqué en mi blog www.ricardoescalante.com, con el título de Vorágine de la hija menor de Carlos Andrés Pérez.
Ricardo Escalante
Periodista venezolano independiente, analista político y articulista.
sábado, 15 de agosto de 2020
miércoles, 31 de octubre de 2018
El Teodoro que Conocí
Conocí a Teodoro Petkoff cuando las divergencias internas
en el Partido Comunista eran irreconciliables y una facción, la revisionista,
contemplaba la formación de una nueva organización política marxista-leninista pero
no estalinista, acorde con los nuevos aires de lo que entonces ya se denominaba
eurocomunismo.
Petkoff y Pompeyo Márquez comandaban a los revisionistas,
sector que contaba con figuras frescas, inteligentes, con una formación
doctrinaria cuestionadora de procedimientos arcaicos, brutales, para la
imposición de las ideas y métodos totalitarios. La discusión era entonces acalorada,
vehemente, sin posibilidades de reconciliación.
Así nació el Movimiento Al Socialismo (MAS) a finales
de1970, comienzos de 1971, como símbolo
adoptaron el puño cerrado color naranja.
Poco después viajaron a Caracas Mikis Teodorakis, el famoso compositor e
intelectual griego, autor de Zorba el griego; y el radiante Gabriel García, que
donó el metálico del premio Rómulo Gallegos (lo acababa de ganar) al MAS.
En la recién inaugurada casa nacional del nuevo partido,
vi juntos a Tedorakis, el Gabo, Teodoro
y Pompeyo. Lucían felices en aquel momento de aura para la izquierda
latinoamericana y mundial, que se anunciaba como la verdadera promesa de un
gran cambio. La desilusión vendría no mucho después.
Yo estaba ahí como periodista. Mi partido político era y siempre fue el
periodismo, esa plataforma ideal para estar en la primera fila de los
acontecimientos y para ser crítico frente a ellos.
Vi y traté a Teodoro Petkoff, a Pompeyo, a Freddy Muñoz,
a Victor Hugo D´Paola y a muchos más. En
el Congreso de la República y en la plaza pública Teodoro era un magnifico
orador, con formación económica y humanística sólida, que había pasado por la
equivocación terrible de las guerrillas.
Fue partidario de la violencia como método de lucha y participó de ella,
con asaltos a bancos y otras minucias.
Era un personaje contradictorio, a diferencia del siempre
vertical Pompeyo. Estuvo entre quienes
se rasgaban las vestiduras contra Carlos Andrés Pérez y lo querían volver
picadillo; fue ministro de planificación de Rafael Caldera. Después del 4F
estuvo entre los deslumbrados por el fulgurante oficial, lo visitaba en la
cárcel de Yare y clamaba a gritos por su libertad. Lo apoyó pero pronto se desilusionó y creó el
periódico TalCual para enfrentar a Chávez, a quien, a pesar de todo, definía
como un demócrata. Después, cuando se
planteó el problema de la inconstitucionalidad de la presidencia de Maduro por
haber nacido en Colombia, Teodoro decía que eso era irrelevante.
Teodoro, con su enorme carisma y sus enormes atractivos
intelectuales, fue un venezolano contradictorio, de interminables contradicciones. Así lo conocí
martes, 9 de octubre de 2018
El matarife
RicardoEscalante
Comienzo esta mañana con la lectura del breve cuento El matarife,
del español Domingo Alberto Martínez. Lo hago con la intención de entrar en
este nuevo día de actividad con una dosis de relax, pero pronto algo me empuja hacia
los tormentos que cada hoya y cada día vive la gente de mi país, Venezuela.
¿Cómo evitarlo? ¡Es imposible!
El matarife de la ficción , en ese ambiente de ratas imaginadas por
González, que chillan y devoran cinturones, y todo lo que viene después hasta
llegar al sanguinario que descarga el mazo con absoluta frialdad, me hace
pensar en Nicolás Maduro y en su uso eficiente de la tortura y la muerte
violenta como instrumento para aferrarse al poder. Sí, así como el delantal de El matarife
queda salpicado de sangre y de la cabeza abierta cuelga un ojo, Maduro da
vueltas en mi cerebro.
Es cruel, es despreciable matar poco a poco al pueblo que clama por
alimentos, por medicinas, seguridad y trabajo, pero a Nicolás Maduro y sus
matarifes eso les satisface porque se entronizan en el poder. Y quienes luchan
por el regreso a la democracia, por la reinstauración de la dignidad humana,
corren el riesgo de morir en las mazmorras, como le ha sucedido al concejal
Fernando Albán y a muchos otros. La
lista es interminable.
Por fortuna en estos tiempos todo se sabe, nada permanece oculto.
Internet, los teléfonos celulares, las redes sociales y todo el enorme tinglado
de formas de comunicación moderna, sirven para desnudar a los regímenes y a los
autócratas desalmados. A cada minuto aumentan los atropellos del
narco-gobierno, pero a cada minuto él y
sus compinches se acercan más a la justicia. ¡No escaparán!
www.ricardoescalante.com
viernes, 1 de junio de 2018
Motivos de preocupación
Ricardo Escalante
La salida de Mariano
Rajoy de la presidencia del gobierno español implica un posible reblandecimiento
de la política del país europeo frente al régimen de Nicolás Maduro. En otras
palabras, surgen motivos de preocupación para la oposición venezolana, que en
los últimos años tuvo un aliado indiscutible en la administración de Mariano
Rajoy y en el Partido Popular.
Así es la política,
dinámica y cambiante. Las consecuencias de la decisión parlamentaria son
significativas para Venezuela por la influencia de España en la comunidad
europea, que las últimas semanas ha limitado la capacidad financiera
internacional del gobierno de Maduro y de un grupo de funcionarios acusados de
corrupción.
El sustituto de Rajoy,
el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hasta ahora siempre evitó hacer
pronunciamientos contra José Luis Rodríguez Zapatero, a pesar de las
innumerables peticiones formuladas en ese sentido por dirigentes opositores venezolanos
que suministraban pruebas de la postura del ex presidente socialista a favor
del chavismo.
A lo anterior se suma
el hecho de que Sánchez asciende a la Moncloa como parte de una alianza
inestable de la cual forma parte Podemos, esa organización política liderada
por el populista Pablo Iglesias, cuyos nexos económicos con Hugo Chávez y
Nicolás Maduro siempre han sido conocidos. Hay quienes sostienen que, después
de haberse jactado de vivir con austeridad, en un apartamento de 64 metros
cuadrados, Iglesias compró su chalet de lujo en una zona de millonarios de
Madrid, con petrodólares provenientes de Venezuela. ¡Amanecerá y veremos!
lunes, 23 de octubre de 2017
Maduro se relegitima
Ricardo
Escalante
La sagacidad y los
juegos ocultos siempre están presentes en política o, mejor aún, la política
sin jugadas maquiavélicas no tiene esencia. Y eso es lo que se ha visto en
Venezuela en las últimas semanas y, sobre todo, en las horas más recientes.
La juramentación de
los cuatro gobernadores de Acción Democrática ante la junta directiva de la
Asamblea Nacional Constituyente es parte de acuerdos con el gobierno de Nicolás
Maduro, con consecuencias nefastas para el futuro cercano de la oposición,
cuyas ilusiones se han hecho añicos.
La juramentación
otorga legitimidad de la Asamblea Constituyente y a los procedimientos
atrabiliarios de la dictadura contra la población que sufre la falta de
alimentos, medicinas y otros productos de primera necesidad, además de los
atropellos a todos los principios humanos elementales.
Una consecuencia grave
de esa situación es que el admirable respaldo internacional logrado en las
luchas de calle con la pérdida de 150 vidas, cientos de heridos y más de mil
presos, tal vez sufrirá mengua o se perderá.
Al no encontrar interlocutores válidos, los gobiernos y organizaciones
internacionales no tendrán razones ni fundamento para acciones tan decididas
como las que se habían comenzado a observar por parte de Estados Unidos,
Canadá, Francia y otros.
Más aún, hace dos días
varios magistrados del Tribunal Supremo de Justicia en el exilio recibieron
llamadas telefónicas desde Caracas en las cuales se les solicitaba su retorno
al país, con la garantía de que no serán objeto de prisión ni de retaliaciones
de otro tipo porque “ya todo estaba arreglado”.
Ahora es, además,
obvia la lucha entre los partidos y líderes de la oposición por candidaturas
presidenciales para el próximo año, mientras en la población cunde el
desencanto y desde ya se augura una abstención favorable a Nicolás Maduro y a
sus planes de perpetuarse al estilo cubano.
¡Malos augurios!
viernes, 20 de octubre de 2017
Abstención y fraude
Ricardo Escalante
El descalabro sufrido
por la oposición venezolana el pasado domingo tiene muchas aristas que deben
ser examinadas con especial atención si queremos aprender la lección. Y una de esas
aristas es el porcentaje de abstención y sus causas.
El interés por concurrir
a los procesos regionales siempre es menor al de los presidenciales, a pesar de
que no debería ser así porque atañen a cargos relacionados con los problemas
más cercanos a la gente. Claro está, en los presidenciales surgen
polarizaciones inevitables, con campañas mucho más costosas y uso excesivo de
los medios de comunicación nacionales, lo que anima a los electores.
En las elecciones regionales
los candidatos suelen ser menos conocidos y hasta impuestos por maquinarias
partidistas, o nacen de primarias que de manera automática ocasionan heridas
difíciles de cicatrizar. A esto se suman los rechazos naturales a aspirantes de
escaso prestigio por múltiples causas, entre las cuales destacan las acusaciones
de corrupción, de sectarismo y hasta de incapacidad.
Ahora bien, en el caso
específico del domingo pasado la abstención –según cifras oficiales- fue la más
baja desde que en el país los gobernadores se escogen mediante el voto
universal, directo y secreto de los ciudadanos (38.86 por ciento). En 2012 fue
de 47.06 por ciento, en 1998 de 45.6 por ciento, en 1995 de 53.8 por ciento, en
1992 de 50.7 por ciento y en 1989 de 54.9 por ciento.
A pesar de lo dicho en
contrario por dirigentes opositores en las semanas previas a los comicios, nadie
ignoraba las estadísticas de la poca participación de los venezolanos en las
contiendas precedentes del mismo tipo. Había encuestas anunciadoras de una
votación inferior a la obtenida en las parlamentarias de diciembre 2015, los
descontentos con las actuaciones de la MUD saltaban a la vista y había un
elevado número de emigrantes. Lo que no está todavía documentado es la manipulación
directa de los escrutinios por parte del gobierno, pero fueron muchos los
afectados por distintos tipos de triquiñuelas y las denuncias abundan.
La MUD equivocó el
discurso al decir que era indispensable concurrir a las votaciones “para no
ceder espacios” y al amenazar con discriminaciones odiosas a quienes no
participaran. Ahora, por supuesto, cabe
preguntarse por qué en la Mesa de la Unidad Democrática había tanto interés en
“no ceder espacios”, pero como en política no existen ingenuidades es lógico
suponer un “juego a tres bandas”, como en el billar: si no competían ahora pues
no encontrarían justificaciones para postularse a las presidenciales del 2018.
De la misma manera,
las contradicciones de la MUD y su ausencia de reacciones categóricas contra el
CNE y contra el gobierno bien pudieran tener la misma explicación: son harto
conocidas las múltiples aspiraciones presidenciales y las peleas, unas veces
disfrazadas y otras a cuchillo limpio, entre las organizaciones políticas ahí
reunidas. Desde el domingo solo hemos visto reacciones firmes de ciertos
candidatos pero no de la MUD en su totalidad.
Con mucha anticipación
se tenían pruebas de la farsa del CNE para distraer votos, del mecanismo burdo
de las migraciones de electores, presiones a empleados públicos y a
beneficiarios de servicios sociales, y hasta del uso de colectivos armados y
guardias nacionales para atemorizar a diestra y siniestra. ¿Quién olvida las afirmaciones hechas hace
poco por Smartmatic desde Londres? ¿Quién olvida como al alcalde Antonio
Ledezma y a los gobernadores les quitaban atribuciones y les cortaban
presupuestos? El fraude ocurrió el domingo pese o con la MUD y sus dirigentes.
Lo demostrado de
manera fehaciente es que la dictadura llegó con el “Comandante Supremo” y no
saldrá del poder por la vía electoral, cosa ya advertida con antelación. Ahora hemos visto no sin asombro a algunos
deseosos de “vender el sofá”, como si el admirable Luis Almagro hubiese sido el
gran culpable de las metidas de pata. Ojalá la lección sirva para algo.
¿Aprenderemos algún día?
jueves, 19 de octubre de 2017
Elección y mentiras
Ricardo
Escalante
Cada derrota ocurre
por algo y lo sensato es examinar las causas para arribar a las conclusiones y
rectificaciones necesarias. En el caso de las elecciones venezolanas los
descalabros de la oposición han sido muchos y escandalosos en las ya casi dos
décadas del chavismo, sin que haya habido sindéresis para erradicar el
desencanto colectivo.
En las elecciones
parlamentarias de 2015 los resultados fueron abrumadores contra el gobierno,
pero se incumplieron las promesas tan cacareadas y los venezolanos quedaron
como pajarito en grama: no hubo cambio de miembros del Tribunal Supremo y del
Consejo Nacional Electoral, ni ley de amnistía para los presos políticos, ni
otras decisiones anunciadas con bombos y platillos. ¡Nada! Solo palabras, discursos a medias y mentiras
totales, mientras los desmanes del gobierno avanzaban indetenibles.
Eso condujo a sectores
numerosos a considerar que la Mesa de Unidad Democrática jugaba con las cartas
marcadas, y que quienes salían a la calle para protestar y eran atropellados y
asesinados de manera brutal e impune por las fuerzas de la dictadura. Hubo
negociaciones de madrugada con el gobierno fallido y se buscaban acuerdos
oscuros que nunca llegaban a buen puerto.
Los procesos de negociación son esenciales en cualquier transición, pero
debe prevalecer la sinceridad.
¿Qué ocurrió el
domingo? El sonoro descalabro de la Mesa de Unidad
tiene causas nada difíciles de imaginar,
conocidas de antemano y advertidas por muchos dentro y fuera del país.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro y los ex presidentes Laura
Chinchilla; de Costa Rica, Andrés Pastrana, de Colombia; Tuto Quiroga, de
Bolivia y otros líderes, formularon lo dijeron a tiempo, pero fueron, por
supuesto, desoídos.
Ahora hay aspectos que
no podrán dejarse de lado a la hora de hacer reflexiones con la mano en el
pecho:
1)
Las
migración de electores. El CNE trasladó
cientos de miles de electores de un sitio a otro con la finalidad de reducir la
votación de los adversarios. Esto se hizo inclusive cuando faltaban apenas
horas para la apertura de la consulta popular.
2)
La
coerción a los empleados públicos en todos los organismos y empresas del Estado
fue escandalosa. Hubo centros de votación en los cuales los ciudadanos eran
amenazados por paramilitares armados para impedirles el derecho al sufragio. El
chantaje, la suspensión del pago de pensiones y el uso de la asistencia social como
resorte de presión saltaba a la vista. Hubo nuevos electores a quienes no se
les permitió su inscripción en el Registro Electoral.
3)
Malos
candidatos. Los candidatos de la oposición en la mayoría de los estados no
tenía anclaje popular, eran desconocidos, carecían de mensaje atractivo y su
actividad de campaña era insuficiente. Y como si fuera poco, el escaso
prestigio de algunos suscitaba rechazos por todos conocidos, como pasó en
Aragua, Monagas y Amazonas.
4)
La
abstención. La concurrencia a elecciones
de gobernadores y alcaldes en Venezuela ha sido inferior a la de procesos
presidenciales y parlamentarios, tal como lo documentan las estadísticas. El domingo pasado se registró una de las más
bajas (38 por ciento), incluyendo en ella a quienes no concurrieron por distintas
razones: a los que emigraron a otros países, a los abstencionistas permanentes
y a los desencantados con la postura de la MUD y de sus integrantes. Ahora,
claro está, habría que ver si el gobierno alteró las cifras a favor de sus
candidatos, cosa muy probable de acuerdo a los antecedentes.
La cifra oficial
de abstención es real o alterada desde los centros de computación del CNE en
Caracas o en La Habana? La MUD había asegurado contar con testigos suficientes y calificados
para todas las mesas, que no abandonarían sus puestos hasta tanto se hubiera
contado el último voto y las actas se hubiesen llenado y certificado. ¿Dónde
están las copias de las actas que garantizarían a la MUD resultados fidedignos?
¿La MUD decía la verdad?
5)
Descontento.
El desencanto generado desencanto en los últimos años era palpable. En todas partes se escuchaban los testimonios
de gente del pueblo y de jóvenes como el admirable violinista y pacifista Wuilly
Arteaga, quien en su desencanto abandonó el país, pero frente a esas voces
había incluso el agravante de reacciones destempladas, desconsideradas. Unos
eran tildados de “héroes del teclado”, otros de patrocinadores de la abstención
para ayudar a la dictadura, otros de ignorantes y ‘’ultrosos’’.Hubo entonces una conjunción de factores en los cuales la
responsabilidad de la MUD fue de bulto y no ha sido aclarada de manera
satisfactoria.
El documento leído el lunes por Angel Oropeza a nombre de la MUD
es inconsistente con declaraciones formuladas por ciertos dirigentes y deja en
el aire muchas interrogantes: ¿Habrá algún refrescamiento en el liderazgo de la
MUD? ¿Habrá refrescamiento en los cuadros directivos de los principales políticos
que la integran? Algunos partidos (o lo que queda de ellos) son criticados por
ausencia de democracia interna y por estar conducidos al mejor estilo chavista,
de manera individual y de acuerdo con los vientos que soplan.
Después de todo, el país es hoy un hervidero. Unos se preguntan qué sucedió, otros culpan a determinados personajes, otros han caído en la ira y ahora ni siquiera quieren imaginar cómo se elegirá el candidato presidencial del 2018. ¿Seguirán los conciliábulos con Rodríguez Zapatero como mediador? ¿Surgirá un outsider cuando menos lo esperemos? Claro, el peligro está en que el outsider podría traer terribles tempestades. Todavía sufrimos la peste traída por Chávez
Después de todo, el país es hoy un hervidero. Unos se preguntan qué sucedió, otros culpan a determinados personajes, otros han caído en la ira y ahora ni siquiera quieren imaginar cómo se elegirá el candidato presidencial del 2018. ¿Seguirán los conciliábulos con Rodríguez Zapatero como mediador? ¿Surgirá un outsider cuando menos lo esperemos? Claro, el peligro está en que el outsider podría traer terribles tempestades. Todavía sufrimos la peste traída por Chávez
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