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sábado, 21 de junio de 2014

¡Desembucha, Giordani, desembucha!


El ex ministro está obligado a revelar todo lo que guarda de la corrupción chavista-madurista
 Ricardo Escalante

Ahora cuando Jorge Giordani está en el centro de las miradas de los venezolanos, bien valdría la pena analizar si sus denuncias contra el gobierno son pálidas frente a la montaña de sus responsabilidades en la catástrofe nacional o sí, por el contrario, es necesario investigarlas a fondo.

Digo esto a propósito de la lluvia de ataques que ahora cae contra el “monje” que nada tiene de monje y sí mucho de Rasputín, pero esto, por supuesto, es harina de otro costal al lado de lo más trascendente en este momento: la fehaciente incapacidad de Nicolás Maduro para gobernar y la corrupción que deshilacha a Venezuela.

No en balde Giordani debe tener una catedral de archivos probatorios de sus afirmaciones contra el supuesto zar de la economía venezolana, Rafael Ramírez, que ha dejado en escombros al país mientras él ha pasado a figurar entre los hombres más ricos del mundo. Algo similar puede decirse de Nelson Merentes y de otras figuras esenciales del régimen, que no podrían resultar incólumes a la hora del balance final.

El Rasputín criollo no puede y no debe dejar las cosas ahí.  Él habló de sus orígenes, de su conciencia revolucionaria y del compromiso con la sociedad nacional, lo que quiere decir que ahora está obligado a explayarse en detalles sobre lo que ocurre en Pdvsa, en el Banco Central de Venezuela, en los fondos chino, iraní y otros, así como en el gobierno central. Su responsabilidad es hoy mucho mayor.

En medio de esta situación es además indispensable preguntarse por qué Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Rafael Ramírez y otros, han agarrado el rábano por las hojas frente al tema. Maduro salió primero hablando de un posible nuevo destino burocrático para el ex ministro y, luego, dejó correr la tesis insólita de la lealtad revolucionaria como sinónimo de complicidad, en otras palabras, todo supuesto acólito chavista es cómplice de vagabunderías. Diosdado y Ramírez han optado por el silencio cobarde porque le tienen miedo a Giordani, quien conoce sus vidas y desfalcos.

Yo ahora, con mi descomunal ingenuidad, me pregunto por qué el estólido Presidente no le reclama pruebas a Giordani y por qué Diosdado y José Vicente Rangel no lo invitan a sus programas de televisión. ¿La complicidad será más importante que la verdad?, me pregunto en este instante revolucionado instante. ¿Querrán hacer como el gato?

Ahora bien, el asunto ha revestido una gravedad tan grande que han inventado fórmulas para evitar que las denuncias del planificador de la escasez, la especulación y la inflación, agarren vuelo en la población chavista y ocasionen la explosión social que todo el mundo considera inevitable. El caos total es insostenible. La anarquía y la ruina prevalecen y, en consecuencia, Giordani tiene que presentar pruebas de sus denuncias atómicas.

Todos sabemos que él es un fiasco en planificación económica, pero tiene misiles que pueden hundir el Titanic de la corrupción y la ineficiencia venezolana. ¡No se puede quedar callado!
@opinionricardo

miércoles, 18 de junio de 2014

Giordani y su bomba de tiempo

El ex ministro tiene ahora la oportunidad de desmantelar el régimen de Nicolás Maduro.  ¿Lo hará?
Ricardo Escalante

Las explicaciones de Jorge Giordani sobre las causas de su salida del gobierno son de enorme trascendencia para el examen desapasionado de la catástrofe política, moral y económica que arropa a los venezolanos. Se trata de un documento fundamental cuyas consecuencias se verán a corto, mediano y largo plazo.

El profesor Giordani conoce las entrañas del monstruo desde sus orígenes y apoyó a Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 1998 y, por lo mismo, le constan las desviaciones, corrupción, inconsistencias e insensateces de la llamada revolución bolivariana.  En ese sentido, lo expuesto por el ex ministro de planificación tendrá que ser examinado en detalles y debería acarrear responsabilidades.

Con su lenguaje por momentos farragoso, acierta al denunciar lo que a todos consta:  Que el chavismo-madurismo ha generado una élite de enriquecidos a costa del Erario y menciona las cloacas más putrefactas del régimen:  Cadivi y lo que vino después, la Tesorería, el Fonden, el Fondo chino, el Banco Central de Venezuela, el Banco Industrial de Venezuela y, sobre todo, apunta con el índice a Pdvsa, que Rafael Ramírez maneja a sus anchas.  Claro, no aporta nombres ni destapa escándalos, pero no es descartable que en cualquier momento avance en ese terreno.

El hombre de quien muchos se reían por su formación marxista al estilo de los años 40 en la Unión Soviética, de la noche a la mañana se ha convertido en el más peligroso enemigo de Nicolás Maduro, a quien no vacila en calificar de incapaz.  Bueno, no ha descubierto el agua tibia porque eso lo sabe hasta Cilia Flores, quien también sabe de corrupción porque dejó rastros en la Asamblea Nacional.

Giordani no abjura de su culto a Chávez pero, por supuesto, sabe que todo comenzó ahí. Y él, que ha estudiado la historia soviética y pareciera vivir en aquella época, no puede ignorar la trascendencia del discurso en que Nikita Kruschev en el XX Congreso del Pcus hizo añicos al barbaro Stalin, que había sido su jefe y hasta protector.  Ahora, por eso, Giordani tiene en sus manos una bomba de tiempo y la oportunidad histórica de desnudar y derrumbar la farsa del chavismo-madurismo.  De esa manera sus culpas quedarían lavadas.

lunes, 16 de junio de 2014

Sufragio efectivo en Colombia


La propuesta de Juan Manuel Santos sobre no reelección presidencial es un avance para preservar la democracia en ese país no exento de caudillos.
Ricardo Escalante

Aunque con gran demora, el anuncio de un proyecto para volver a la no reelección presidencial en Colombia tiene una enorme trascendencia para la vida democrática colombiana, porque pone coto a los caudillismos que tanto daño han causado.  Ojalá eso sirva de acicate en toda América Latina.

Es verdad que la declaración del presidente Juan Manuel Santos fue hecha solo después de haber sido reelegido, pero es un avance que en sana lógica deberá ser acogido por todas las tendencias políticas.  Claro, debemos recordar que desde la posición relevante de ministro de la Defensa de su ahora archienemigo Alvaro Uribe, él podía haberse opuesto a las manifestaciones de cacicazgo.  Pero no lo hizo porque estaban en juego sus propias ambiciones y sin Uribe no habría llegado a la jefatura del Estado.

César Gaviria Trujillo tuvo el mérito de haber impulsado la no reelección durante la constituyente que tuvo lugar durante su período constitucional, pero luego renacieron las malas influencias y se regresó a ese mal.

Hoy más que nunca, las reelecciones presidenciales son la gran lección sobre las consecuencias de la desmesura de los iluminados.  El perverso Hugo Chávez, con la asesoría de su admirado Fidel Castro, no solo hizo modificar la constitución para establecer su reelección indefinida, sino que llegó al extremo de promoverla en la cofradía de autócratas que creó, con figuras como Daniel Ortega, en Nicaragua; Rafael Correa, en Ecuador, y Evo Morales, en Bolivia.

Chávez llevó a Venezuela a la ruina económica, política y social. Abolió la separación de poderes y se convirtió en hombre Estado para hacer y deshacer a sus anchas. Su familia se enriqueció y formó una élite corrupta que ha esquilmado los recursos nacionales. A pesar de haber tenido más de un billón de dólares por concepto de ingresos petroleros, en sus manos el país dejó de producir hasta papel higiénico y muchos hoy mueren por ausencia de medicinas e ineficiencia de los hospitales.  Horadó la moral.  La otrora nación rica y pujante cayó en la catástrofe.

Por eso, hoy debemos saludar la importancia de la iniciativa (¡tardía!) del presidente Santos y desearle a los colombianos el fin de los caudillismos. Y, por supuesto, no podemos dejar de recordar aquella frase de “Sufragio efectivo, no reelección”, impuesta en México a comienzos del siglo XX por Francisco Madero, que defenestró al malvado Porfirio Díaz.  Desde entonces entre los mexicanos ha habido intentos de regresar a la reelección, pero todos han fracasado. ¡Dios los salve!

Reacción desde Cúcuta

Una de las reaciones al artículo sobre el resultado de las elecciones colombianas, fue de una de nuestras frecuentes lectoras.  Por la calidad de sus comentarios, a continuación destacamos lo expuesto por Catalina Maldonado Acevedo:

 Me gusto la columna y la comparto en muchos de sus puntos. Sin embargo, pensar que un hombre como Santos, perteneciente a una derecha moderada y elitista, pretenda convertirse en un líder populista como Chavez, o el mismo Uribe pero hacia la otra orilla, no es una posibilidad que contemplemos los colombianos. 
Creo que el país ha llegado a un punto de no retorno en cuanto al objetivo de alcanzar la paz por la vía negociada y al rechazo total a las políticas de extrema se refiere. Ayer precisamente hablaba Claudia Lopez, la Senadora electa por el Partido Verde, quien obtuvo una de las votaciones más altas para el Congreso, y opositora total de Juan Manuel Santos, que su apoyo a la reelección estaba condicionado al proyecto de ley que eliminaría la reelección presidencial, entre otros acuerdos importantes que beneficiarán al país, y eso es serio. Igualmente la izquierda en cabeza de Robledo, el verdadero peligro de la democracia (para mí), anunció con vehemencia la oposición del Polo Democrático al próximo gobierno. Ni hablar de la vandada (con v) uribista que llegará al congreso con todo su poderío para oponerse al gobierno. 
De manera que, pensar en esa posibilidad, en un país como Colombia, no es viable. Más miedo le tengo a un golpe militar fraguado por el uribismo enceguecido por la viudez del poder, pero esa también es otra posibilidad remota...

domingo, 15 de junio de 2014

¿Cambiará algo en Colombia?

Con la reelección presidencial de Juan Manuel Santos se plantea la incógnita del populismo.

Ricardo Escalante

El resultado de las elecciones presidenciales colombianas tiene varias lecturas, una de las cuales es el voto castigo al caudillismo encarnado por Alvaro Uribe Vélez y a sus pretensiones de gobernar detrás de Oscar Iván Zuluaga. La victoria de éste habría acarreado serios peligros en términos de democracia.

Ahora es obvio que las políticas económicas de los últimos cuatro años se prolongarán en el período que está por comenzar. Eso es positivo si se toma en cuenta el ambiente de prosperidad y solidez que el país ha venido alcanzando, pero, por supuesto, en el aspecto político se plantean inquietudes derivadas del tono demagógico que el presidente Santos le imprimió a las negociaciones que se desarrollan en La Habana con las Farc.

¿La derrota infligida por Santos a Uribe querrá decir que éste abandonará sus posturas vehementes y por momentos irracionales? A juzgar por las primeras reacciones post electorales del uribismo, el ex presidente mantendrá su línea opositora radical, es decir, de enfrentamiento a toda iniciativa que provenga del gobierno, y todo hace pensar que en el Centro Democrático surgirán divergencias.  Las fracturas no son descartables porque hubo una campaña equivocada, con un candidato sin luz propia y con el cacicazgo de Uribe en el centro del debate.

La existencia de una economía nacional estable permitirá a Santos generar una plataforma política de respaldo al gobierno, pero, por supuesto, el tiempo dirá si lo hace con espíritu de conciliación nacional. La izquierda votó por él con la esperanza de la prometida paz. No obstante, en Cuba se han observado signos que van más allá de lo deseable, porque a la narcoguerrilla se le ha concedido beligerancia sin que ella abandone los secuestros, asesinatos, extorsiones y desplazamientos de colombianos honestos.

Otro aspecto relevante es si con el actual Presidente está en vías de fraguarse otro caudillo.  La reelección indefinida puesta de moda por Hugo Chávez en América ha causado enormes daños. Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, son claros ejemplos de los vicios y corruptelas del indeseable populismo.  ¿Intentará el mandatario colombiano modificar la Constitución para buscar un tercer período? Ojalá no sea así.

Por lo demás, nada indica que en política exterior se produzcan cambios. La convivencia con el régimen primitivo venezolano se mantendrá, al igual que con los demás regímenes del mismo tipo, corruptos y violadores de los derechos humanos.
  @opinionricardo

sábado, 14 de junio de 2014

El fin del control de cambios

Una medida indispensable que para el gobierno de Maduro será la cicuta. ¿La beberá?
Ricardo Escalante

El súper ministro venezolano Rafael Ramírez acaba de reconocer el fracaso total de las políticas económicas impuestas por Hugo Chávez y profundizadas por Nicolás Maduro.

Ramírez habló del desmontaje del control de cambios adoptado en 2002, que según Chávez había llegado para siempre.  Al parecer Maduro acaba de entender por qué los expertos económicos nacionales y extranjeros atribuían la retahíla de vicios, errores y corruptelas de los últimos años, a la ausencia de libertades económicas.

La inexistencia de la libre convertibilidad de la moneda incubó el mercado negro que ha servido a las élites chavistas para su enriquecimiento particular, en desmedro de la sociedad venezolana, que cada vez está más obligada a pagar cara la elección del comandante supremo. Las limitaciones dieron lugar a la escasez alarmante que, a su vez, generó especulación, inflación sin precedentes y largas colas para comprar lo poco que hoy se encuentra.

En el afán de perpetuarse en el poder, Chávez creía que las fórmulas cubanas de asfixiar y humillar a la población desembocarían en la perpetuidad de su corrompido régimen.  La familia Chávez, Rafael Ramírez, Diosdado Cabello y otros se convirtieron en multimillonarios, mientras el malestar comenzó a propagarse y a transformarse en el talón de Aquiles del gobierno, que para sostenerse apeló a paramilitares y a contingentes de cubanos armados hasta las muelas.  Por eso los estudiantes siguen dispuestos a luchar en las calles por el restablecimiento de la democracia.

Ahora está por verse cómo y cuándo ocurrirá la anunciada unificación cambiaria y, luego, la eliminación de los controles.  Esos pasos significarán, de manera inevitable, una apertura política de consecuencias importantes que está por verse si el estólido Nicolás Maduro podrá aceptar, porque ellas involucran a Pdvsa y a todo el aparato estatal. 

El anuncio de Ramírez lanza al voleo preguntas relevantes: ¿Resistirá el gobierno la salida de dólares que en circunstancias normales acarrea una declaratoria de la libre convertibilidad de la moneda? La respuesta no es fácil, porque un régimen contrario a la iniciativa privada no genera el clima de confianza indispensable para reactivar la economía.  Después de expropiar e invadir haciendas, edificios e industrias, no es sencillo lograr el retorno de los inversionistas. Aunque Maduro, Ramírez y Diosdado se esmeren en decir lo contrario, la confianza no sale del cubilete de un prestidigitador.

¿Ocurrirá el cacareado aumento del precio de la gasolina?  Esa es una decisión fundamental, pero la pregunta es cómo compensarán las repercusiones sociales. Para frenar el contrabando de extracción del combustible se requeriría un aumento de precios superior a mil por ciento, pero no sabemos si Pdvsa y el Ejecutivo están preparados para hacerlo.  Es posible que estén tratando de apagar el fuego con gasolina.

Ahh, por cierto, el gobierno chavista-madurista debería explicar su fórmula mágica para resolver el problema del Estado dispendioso. Hasta ahora se me ocurre que esa es misión imposible porque crearon una clase marginal vividora del Estado, con el sólo propósito de amarrar votos. ¡El mundo se les pone pequeño!

Otro elemento clave es si Maduro dejará en libertad a Simonovis y a los demás miles de presos políticos.  ¿Desmantelará a los paramilitares y meterá presos a los violadores de los derechos humanos?  Por ahora eso no parece posible porque, por ejemplo, acaban de dictar nuevos autos de detención.  La represión policial y militar es brutal. ¿Permitirá él la integración equilibrada del Consejo Electoral y del Tribunal Supremo de Justicia?  Eso sería saludable para el país, pero al mismo tiempo sería cuchillo para el pescuezo del estólido porque los venezolanos estamos hartos. ¡Ojalá lo hiciera!
@opinionricardo