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miércoles, 26 de marzo de 2014

Cisneros con su desmemoria a cuestas



Ricardo Escalante
En todas partes hay gente desmemoriada, con cara de yo no fui para hacer y decir barbaridades y que, como si fuera poco, mide con desmemoria a sus semejantes.

Gustavo Cisneros, el hombre de “Venezolana de Venevisión” y del estruendoso pacto con Hugo Chávez, se ha empeñado en demostrar que es uno de esos. Después de participar en las manifestaciones populares del 2002 en Caracas y de haber organizado reuniones que el teniente coronel no vaciló en calificar de conspirativas, se presentó en el despacho presidencial acompañado por Jimmy Carter.

“No hubo pacto”, decía y repetía Cisneros, pero lo cierto fue que entonces dejó a la oposición agarrada de la brocha y puso sus radioemisoras y el Canal 4 al servicio del autócrata. ¿Mala memoria? Que lo digan varios periodistas, entre ellos Napoleón Bravo.  En un dos por tres, Venevisión sacó del aire sus principales programas de opinión y despidió a los periodistas incómodos.  Chávez lo tenía agarrado por ahí, con aquello de unas armas que encontraron en una casa aledaña a Venevisión.

El propio presidente de la televisora, Carlos Bardasano, una vez desnudó a su desmemoriado jefe durante una conversación telefónica que sostuvo con su equivalente del Canal 8, aquel chavista rabioso que era Jesús Romero Anselmi, que con motivo de las navidades regalaba unos carritos rojos-rojitos a sus amigos. Bardasano habló de estrechar la alianza con el gobierno, al tiempo que se mofaba de la oposición. ¡Mala memoria! 

Durante los gobiernos anteriores, Gustavo Cisneros sacaba jugosas tajadas a cambio de apoyos a políticas oficiales y de manera simultánea coqueteaba con la oposición. Ese ha sido su estilo.  Por eso, después de haberlo conocido y tratado durante décadas, el ex presidente Carlos Andrés Pérez (CAP) no vaciló en calificarlo de “gran estafador político”.  ¿Suena duro?  Tal vez, pero frente a tamaña definición, el hombre de negocios prefirió hacerse el musiú.

Claro, en la noche del 4 de febrero de 1992, en medio del cruento golpe de Estado encabezado por Chávez, él había ordenado que transmitieran en vivo cualquier mensaje de CAP y, de esa manera, Venevisión sirvió de planta matriz para abortar la acción de los sublevados. En las horas que siguieron sus oficinas se convirtieron en un desfiladero de quienes condenaban la mala pasada y, como es harto conocido, Chávez se quedó con los crespos hechos.

?Una debilidad de Carlos Fuentes?
Con sus habilidades y el poder del dinero, Cisneros ha sabido colarse por los ojos de grandes personajes y cosechar elogios, así como hacerse escribir desmedidos elogios de escritores como Carlos Fuentes. Después de haber dicho que la cabeza de Hugo Chávez era un basurero intelectual, Fuentes hizo un aterrizaje forzoso en una pista pedregosa, llena de descomedidas loas al aliado de aquel militar que no ocultaba la intención de perpetuarse en Miraflores. ¡Habrase visto!

Claro, por más vueltas que dé el mundo, ahora es imposible que el poderoso hombre de letras que era Carlos Fuentes se inflija otro pisotón al tratar de escribir algo parecido a eso que dejó en el prólogo de ese libro plagado de elogios titulado Gustado Cisneros, Un empresario global, en uno de cuyos párrafos decía:

“Gustavo Cisneros se ubica en el centro democrático y sufre por ello los ataques, las calumnias y demás balística del sótano chavista. Ante las políticas divisivas de Chávez, Cisneros se sitúa, no en un centro anodino, sino en un centro de compromisos. Peligroso centro, peligroso para el autoritarismo demagógico. Pues Cisneros representa la capacidad de organización de la cual carece el gobierno autoritario. Representa el balance social contra el desequilibrio divisivo”...  ¿De dónde habrá sacado eso?

Muy a contravía del laureado escritor mexicano, en sus memorias CAP dijo, entre otras cosas, que Cisneros “se aprovechó de su capacidad empresarial para tratar de apoderarse del país y someternos a todos a su voluntad (que era complacer a una dictadura)”…  Por todo lo anterior, pienso que debemos anteponer la suspicacia a la hora de leer cualquier artículo de doble filo del “empresario global”.
@opinionricardo

miércoles, 19 de marzo de 2014

Diosdado prepara su hoguera

La farsa del antejuicio a María Corina Machado
Ricardo Escalante

La historia de la humanidad está plagada de farsantes que en sus irracionales mentiras y flagrantes atropellos, han cavado sus propias tumbas al empujar pueblos enteros por despeñaderos de dolor y desencanto.

La lista de nacidos para causar daño es interminable, pero unos se han convertido en ejemplos protuberantes del mal porque ni siquiera han podido escapar a la crueldad de sus propias  estratagemas. Así, Girolamo Savonarola (1452-1498) es un caso que viene como anillo al dedo a propósito del infierno en que Diosdado Cabello y Nicolás Maduro se empeñan en convertir a Venezuela.

El mundo entero presenció a través de la televisión las repugnantes escenas ocurridas ayer tarde martes en Caracas, cuando en la Asamblea Nacional un militar disfrazado de civil utilizaba expresiones soeces de distinto calibre contra la diputado opositora María Corina Machado, cuyo rostro apenas podía contener los sentimientos de confusión e indignación. Era inocultable el malsano placer conque Cabello creía pisotear la condición femenina de la valiente María Corina.

El presidente de la AN exhibía con ferocidad esa jaquetonería propia de los cobardes investidos de poder, sin siquiera medir el tamaño del rechazo internacional que despertaba. Pero, en dirección opuesta, ella transmitía la sensación de tranquilidad que solo poseen los inocentes dotados de la razón.  Así lo hacía la admirable dama durante el interminable bochorno protagonizado por quien creía humillarla y, poco después, la respuesta de ella no se hizo esperar: En rueda de prensa reafirmó que no se doblegará y que su lucha llegará hasta el final.

Al mismo tiempo, en las calles de toda Venezuela se reavivaban los focos de resistencia que el gobierno ha sido incapaz de apagar, porque los ciudadanos están decididos a luchar a costa de vidas, torturas, desapariciones, escasez de alimentos y otros productos esenciales, violaciones a la ley, corrupción y más. En la medida en que la brutal represión crece, la entereza popular abandona el miedo.

Ahora Diosdado Cabello nos ha venido a recordar otra vez a ese monje dominico loco Savonarola, que adquirió notoriedad como organizador de “hogueras de vanidad”, en las cuales se quemaban libros, obras de arte y hasta cosméticos.  El dominico se sentía dueño exclusivo de la verdad y predicaba contra el lujo, las desviaciones de la oligarquía y la corrupción. Al estilo actual de Cabello, vejaba a sus conciudadanos.  Sus orígenes eran los de un acomodado, pero sostenía que ser rico era malo, pecaminoso, y que había que perseguir a los poderosos hasta las últimas consecuencias. 

Cabello predica contra oligarquía y los estudiantes.  Denuncia conspiraciones y revueltas y, como su inspirador Hugo Chávez, también promete un mar de felicidad al estilo cubano. Así son los dictadores. No hay diferencias entre los de derecha e izquierda porque su propósito es el mismo: perpetuarse en el poder contra viento y marea. ¡Terrible!

Savonarola distaba mucho de ser un teólogo, pero en algún momento la demagogia y el fanatismo lo empujaron a internarse en un monasterio, donde se dedicó a estudiar técnicas y efectos del discurso político, que luego utilizó para promover alzamientos contra la iglesia y contra los Médici -entonces gobernantes de Florencia- que fueron acusados y defenestrados. Con carisma y falsedad logró tener un alto número de seguidores que no mucho tiempo después se desilusionaron y lo abandonaron.

A diferencia de Savonarola, Diosdado Cabello no es carismático.  Es falso, agresivo, y sus amigos cercanos lo definen como voraz: Su riqueza ha crecido desde la llegada del chavismo al poder. Al igual que los familiares de Hugo Chávez y Rafael Ramírez, él y su entorno no logran contener la ostentación. Es uno de los grandes esquilmadores del Erario venezolano.

Los días finales de ese Savonarola prepotente, desalmado, se convirtieron en un drama. Fue excomulgado y llevado a prisión, después fue trasladado a Roma, donde un tribunal lo condenó a la hoguera.  Al grueso de los venezolanos (por fortuna) no nos animan sentimientos inquisitoriales, pero es claro que DC no se labra un buen futuro.
@opinionricardo

martes, 18 de marzo de 2014

¡Que vivan los sicadios!


Ricardo Escalante
Con asombro he leído las más recientes declaraciones del presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, porque en ellas se esconde el absurdo de todos los absurdos: “Estamos en el país del caos, pero pudiera ser peor y trabajamos para eso”… Como decía Cantinflas: “Que si sí, que si no… Que si yo, que si tú”…

En las palabras “matemáticas” del profesor Merentes hay, sin embargo, un lado que no deja de ser interesante, porque admite la existencia de una crisis nacional sin precedentes aunque, por supuesto, para ver esa verdad de Perogrullo no se necesitaban ni anteojos ni andar con esas complicadas ecuaciones que a él lo dejaron calvo con precisión matemática.  Como dijeran Fidel y Raúl Castro: “!Óyeme tú, cosa ma´ grande!”…

Claro, lo que Merentes todavía no ha logrado aprender y aprehender es que en el lado pantanoso de sus palabras hay también un lado de escasa precisión: “”!Falta de cálculo e integrales!”, como diría alguien con postgrado en posibilidades macro y micro económicas.

En el programa (des)calificado de José Vicente Rangel, el hombre que analiza los ruidos de los estómagos venezolanos dijo que “la economía tiene las realidades que no puedes ocultar: Tienes inflación, tienes escasez y el crecimiento (económico) no es robusto. Hay una variable que no ha sido tan perturbada que es el empleo, tienes una masa monetaria, tienes un problema cambiario”…  Ahh, pero la cosa no es grave. No es como para llevarse las manos a la cabeza. ¡No!

Merentes habla así con el conocimiento académico de causa y efecto, aunque con la modestia que le caracteriza se niega a revelar el secreto de sus enormes méritos universitarios: Fue aventajado condiscípulo de Cantinflas en la cátedra de “que si tú, que si yo”.  Investido con esa respetable autoridad, él, regla de cálculo en mano, asegura que no hay ni harina Pan, ni aceite, ni papel higiénico, ni desodorantes, ni toallas sanitarias para las mujeres, ni repuestos para carros y, además, la inflación causa vértigo, pero no hay razones para alarmarse.  ¡No!

El presidente del BCV agregó: “Venezuela tiene cómo superar rápido este momento que no es tan bueno, un momento que no es el mejor, (pero Venezuela) tiene cómo hacerlo; de hecho, el gobierno está tomando medidas que apuntalan a salir rápido de esto”... Y yo, que ni siquiera estornudo ante las petrificantes catilinarias de Rangel, en ese instante observaba la mosca verde que no se apartaba de la nariz del “conductor” del programa, pero luego repetí 17 veces la grabación para entender bien aquellas frases magistrales.

¿Qué quería decir el profesor Merentes? Muy sencillo: 1) Que este es un buen momento pero no el mejor del madurismo, porque ha habido algunos excepcionales. 2) Que Venezuela tiene cómo resolver los problemas de Cuba, para lo cual nos endeudamos con las ventas de petróleo a China. 3) Que saldremos rápido de esto al liquidar esa oposición devoradora de papel higiénico. 4) El sueño del empleo no se perturba, es decir, se equivocan quienes creen que encontrarán trabajo digno.
A esas alturas de la entrevista, yo, que no tuve la suerte de ser compañero de estudios del matemático gástrico y, por supuesto, tampoco de Cantinflas, saludaba con alborozo la excelencia de todo cuanto escuchaba, porque desde este mar de la felicidad venezolana ya divisamos el malecón de Varadero.

Ahora yo, ¡debo admitirlo!, como soy de aprendizaje lento, tengo que rematar con la confesión de que en las maravillosas palabras del luminoso matemático había un punto que no logré descifrar a plenitud:  Eso de que con el Sicad se frena el precio del dólar negro, que ya está en cien mil bolívares (¡No cien!).  Imagino que eso tiene que ver con sicarios que no perdonarán a quien necesite dólares, es decir, que a partir de ahora no habrá sicarios sino sicadios.  ¡Que vivan los sicadios!

@opinionricardo

domingo, 16 de marzo de 2014

La farsa de Capriles Radonsky


Ricardo Escalante
Con sus dudas, vacilaciones, falta de conocimientos y colaboracionismo con quienes oprimen a los venezolanos, Henrique Capriles Radonsky ha demostrado hasta la saciedad que le quedan grandes los zapatos de líder de la oposición.

Él dejó pasar dos oportunidades de oro para la liquidación del chavismo por la vía electoral, en la segunda de las cuales denunció fraude al competir con el peor candidato presidencial de la historia nacional y, después, reconoció que sus afirmaciones no habían tenido fundamento. Creó expectativas sin sentido y ha llevado a la población opositora por un callejón sin salida. ¡Toda una farsa!

Por eso ahora, cuando revela haber estado en negociaciones secretas con Nicolás Maduro para montar un show televisivo, en las manifestaciones populares saltan a la vista las pancartas con lemas en su contra. Con su actitud, Capriles contribuye a sembrar profundizar el descrédito de los venezolanos en el liderazgo actual.  Por eso las masas han adquirido vida propia y se mueven al margen de la MUD y de otras voces.

El gobernador del estado Miranda está desbocado porque su compañero Leopoldo López le ha serruchado el piso.
@opinionricardo