Ricardo Escalante
La salida de Mariano
Rajoy de la presidencia del gobierno español implica un posible reblandecimiento
de la política del país europeo frente al régimen de Nicolás Maduro. En otras
palabras, surgen motivos de preocupación para la oposición venezolana, que en
los últimos años tuvo un aliado indiscutible en la administración de Mariano
Rajoy y en el Partido Popular.
Así es la política,
dinámica y cambiante. Las consecuencias de la decisión parlamentaria son
significativas para Venezuela por la influencia de España en la comunidad
europea, que las últimas semanas ha limitado la capacidad financiera
internacional del gobierno de Maduro y de un grupo de funcionarios acusados de
corrupción.
El sustituto de Rajoy,
el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hasta ahora siempre evitó hacer
pronunciamientos contra José Luis Rodríguez Zapatero, a pesar de las
innumerables peticiones formuladas en ese sentido por dirigentes opositores venezolanos
que suministraban pruebas de la postura del ex presidente socialista a favor
del chavismo.
A lo anterior se suma
el hecho de que Sánchez asciende a la Moncloa como parte de una alianza
inestable de la cual forma parte Podemos, esa organización política liderada
por el populista Pablo Iglesias, cuyos nexos económicos con Hugo Chávez y
Nicolás Maduro siempre han sido conocidos. Hay quienes sostienen que, después
de haberse jactado de vivir con austeridad, en un apartamento de 64 metros
cuadrados, Iglesias compró su chalet de lujo en una zona de millonarios de
Madrid, con petrodólares provenientes de Venezuela. ¡Amanecerá y veremos!