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jueves, 31 de enero de 2013

Sí, es con usted lector…

Ricardo Escalante, Texas
Urgente, necesito ayuda: Si entre mis millones de lectores usted es el único con acceso directo al presidente Nicolás Maduro (¡Presidente y punto!), comuníquese de manera inmediata conmigo. La posteridad y Sabaneta se lo agradecerán y remunerarán.

Yo, el peor discípulo del único Profesor Emérito (con mayúsculas) de la elitista universidad del Metro de Caracas, de manera interminable he tratado de comunicarme con el Erudito Maestro (otra vez con mayúsculas), pero las múltiples ocupaciones y alguna partidita de dominó con grandes conductores, le impiden escucharme. Por eso, en vez de un artículo, hoy lanzo al voleo este desesperado llamado. Y que conste, si los fines de semana voy a Playa Pantaleta no es para escribir en la arena este SOS con mayúsculas, porque ya esa sería tarea de los aduladores de oficio. Con mi habitual desvergüenza confieso que voy solo para extasiarme con la exuberante “flexibilidad dinámica” de las venezolanas… 

Pero bueno, yo, al fin y al cabo amigo de Nicolás y reconocedor de su encumbrada raigambre intelectual, trato de entregarle las pruebas inequívocas de la malvada conspiración para fraguar un magnicidio en su contra. Y lo hago porque ni la V ni la VI repúblicas me perdonarían la omisión. Venezuela no puede, no tiene por qué perderse el singular privilegio de ser presidida por un filósofo constitucionalista autor de grandes obras y, como si fuera poco, creador de una catajarra de frases célebres para cualquier ocasión. Hoy, por eso, deberíamos felicitarnos porque el país está a punto de ser manejado con destreza, sin choques ni frenazos...

Así que… ¡Hey, un momento! En este instante me llega un email suscrito por un supuesto PhG (no Phd) Jorge Giordani, ministro. Lo transcribo: “Si usted tiene las pruebas desembúchelas, porque ya el presidente Maduro ha advertido a Sabaneta y al mundo, lo que esos sinvergüenzas Adam Smith, John K. Galbraith , Milton Friedman y Obama, han inventado para hacer nugatorias nuestras teorías económicas no maduradas con carburo sino en laboratorios de la universidad del Metro. Y entiendo, porque estudié en Gran Bretaña, que usted anduvo tratando de asesorarse con Mrs Thatcher con el mismo malsano objetivo, pero ella no ”… No. No debo continuar la transcripción de ese irreflexivo mensaje porque alguien podría pensar que yo también formo parte de la confa…

¡Qué cosas! Uno no sale del asombro. Ayer una amiga me hablaba por casualidad de los éxitos de la planificación económica de Giordani: Cero inflación; falta de pollo, carne y azúcar; cero desempleo, creciente economía privada estimulada por expropiaciones; inexistencia de papel para el baño, pasta dental y medicinas; cero dependencia de los Estados Unidos; escasez de cemento y cabillas; el reino del hampa que comienza en el despacho de Miraflores… Y cuando quise saber algo sobre el pensamiento económico del doctor Giordani, mi bien enterada amiga afirmó: “La economía venezolana es una de las más sólidas del mundo, porque Giordani aprendió tanta ingeniería eléctrica como cualquier economista, y tanta economía como cualquier electricista. Ahí está el secreto”…

Yo, a veces preocupado por el destino nacional, en estas líneas trataba de encontrar ayuda para abrirle los ojos a Nicolás. Quería decirle que Diosdado es el verdadero autor de la confabulación magnicida. ¿Pruebas? Ahh, Chávez, Giordani, Adán y muchos más, las han tenido a mano: Aquellos afiches que decían “Diosdado Presidente”, todo aquello que en una época él firmaba como “Presidente Ejecutivo de la República”, armas escondidas, amenazas de desconocimiento del fuero de los diputados d oposición, la macolla militar que mueve a su antojo y otras cosas… ¡Cuídate Nicolás! ¡Tu eres sabio!

sábado, 26 de enero de 2013

¡Qué grande es Maduro!

Ricardo Escalante
Yo, que nunca me he cansado de admitir mi poco común ignorancia, hoy me levanté con la intención de resolver de una vez por todas el problema existencial que me quita el sueño: No sé si tomar un curso de manejo rápido de autobuses o estudiar las claves para descifrar el pensamiento de Kierkegaard. De hoy no paso, ya no aguanto más.

Después de una taza de café negro fuerte acorde para la ocasión, llamé al autobús de... No. No fue al autobús sino a la oficina del buen e ilustrado amigo Nicolás Maduro, por cuya profunda sabiduría mi admiración crece porque siempre me saca de problemas. Hoy, sin embargo, me ha sido imposible localizarlo y sólo encontré algunas pistas suyas a través de la radio y la televisión. Claro, acaba de regresar de La Habana, donde el gran jefe -no Chávez sino el otro-, le dio ciertas instrucciones para…

En sus declaraciones de madrugada en el aeropuerto de Maiquetía, creo haber encontrado un mensaje cifrado que pareciera ir al grano de mi problema, porque el excelso Maduro acaba de decir que Chávez "tiene una sonrisa y una mirada llena de luz, con una iluminación especial en sus pensamientos". En esa síntesis de su conocimiento enciclopédico, está el inescapable destino de la humanidad.

Ahora confieso que desde la madrugada he estado releyendo Desde el jardín, de Jerzy Kosinski, y también he regresado a aquellos complicados textos de Kierkegaard, que mi exquisito profesor de filosofía, Nicolás Maduro, nos obligaba a devorar de lunes a viernes en aquella inolvidable universidad del Metro. “Una sonrisa y una mirada llena de luz, con una iluminación especial en sus pensamientos"… ¡Qué grande es Maduro! Por eso, solo quienes carecen de formación filosófica, no tienen capacidad para comprenderlo y se refugian en los ataques verbales, en las descalificaciones.

Por sus elaboradas disquisiciones conceptuales, Maduro y Kierkegaard tienen una existencia agónica en el mismo sentido de Unamuno. Y yo, que en medio de mi ignorancia he tratado de ser tolerante, entiendo por qué hay quienes de la noche a la mañana salen a analizar a mi profesor por el lado de la negación y no de la afirmación. De allí que con todas las flaquezas de mi superficial conocimiento, he procurado ser su más fiel intérprete para decir que, por ejemplo, su posición constitucional sobre la ausencia del presidente Chávez era la correcta, porque había una “dinámica flexible”. ¡Más claro no canta un gallo”.

Después del último pensamiento filosófico sobre la mirada llena de luz, creo tener a mano los elementos suficientes y necesarios para determinar por qué cuando un día le pregunté de manera estúpida a mi admirado guía si Unamuno estaba vivo o muerto, él respondió sin vacilaciones: “Ni una cosa ni la otra, porque eso es dinámica flexible”. Y en cuanto a Desde el jardín, es obvio, por supuesto, que entre los razonamientos de Mr. Chancey y los de Nicolás Maduro no hay relación posible pero, de todas maneras, nunca está demás volver a aquellos viejos libros. Kosinski terminó acusado de plagio y en tragedia, pero Mr. Chance y Maduro andan sueltos por el mundo.

domingo, 20 de enero de 2013

Cuando se suicidó Allende

Ricardo Escalante, Texas
Como coletilla a mi artículo Del Socialismo al dictador militar de derecha escribí una frase anunciando otro destinado a narrar lo que yo hacía el 11 de septiembre de 1973, cuando el gobierno de Salvador Allende fue defenestrado y él se inmoló. Ese acto del Presidente chileno fue, sin duda alguna para mí, su única salida para justificarse ante la historia por el caos que causó y abrió paso al régimen militar de ultraderecha.

No olvido aquella soleada mañana en Caracas, donde yo trabajaba en la parte política de la corresponsalía del diario Panorama. El jefe de redacción era un cubano de magnífico olfato periodístico, Pepe Granda, que escribía en su vieja máquina mecánica con un solo dedo y con una velocidad impresionante, pero con un grave prejuicio: Después de haber vivido los horrores de la ola de fusilamientos, torturas y desapariciones del régimen de los Castro en Cuba, él rechazaba de manera enfermiza hasta la sola mención de lo que era una realidad inocultable. No permitía ninguna referencia a los autoritarios de La Habana.

Pues bien, ese día salí rumbo a la casa nacional de Acción Democrática, en urbanización La Florida, donde conversé más o menos una hora con ese viejo de venerable erudición que era Gonzalo Barrios, que sabía bien lo que eran los totalitarios porque había sido víctima de ellos. En su juventud había ido al exilio por sus luchas contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, y después contra la de Marcos Pérez Jiménez. Sus convicciones democráticas estaban bien aceradas y en el Congreso era un formidable polemista, además de diestro negociador político. En aquel momento todavía no habíamos desarrollado la sólida amistad que con el paso de los años llegamos a tener.

Ese día hablamos sobre distintos temas pero, por supuesto, no podíamos ignorar la noticia que sacudió el mundo. Barrios condenó de manera categórica el cruento golpe militar que desde el primer momento hacía temer una prolongada represión, como en efecto fue. También se refirió en términos críticos a la desastrosa situación generada por Allende con su ola de expropiaciones de empresas e invasiones de haciendas, casas y apartamentos; las bandas de terroristas (GAP) que entonces se expandieron, la escasez de alimentos y otros productos y el desconocimiento del acuerdo a que había llegado el Presidente con el Congreso chileno.

Barrios pensaba que la solución podía haber sido otra pero, al mismo tiempo, estaba claro en que los partidos políticos, los empresarios y los sindicatos, habían tenido responsabilidad en el abono del terreno para el ascenso de aquel extremista de izquierda al poder. La entrevista, por supuesto, no se publicó como debió haber sido publicada y apenas salieron algunas cosas sobre otros temas, esencialmente venezolanos. Por eso es imborrable para mí aquel día en que el mundo lamentaba el final de lo que había sido una larga democracia con apariencia sólida.

Las opiniones del entonces presidente de AD revestían un carácter especial no solo por la originalidad de sus enfoques, sino por provenir de quien había dado una lección de civismo al reconocer a Rafael Caldera como ganador de las elecciones presidenciales venezolanas de 1968, pese al dudoso estrecho margen. “Caldera no me derrotó porque sacara 30 mil votos más, sino porque yo no pude demostrar una ventaja de 300 mil”, decía y repetía con gran tranquilidad de conciencia.
Años después, en mi trajinar de reportero de El Universal, en la oficina del entonces jefe de la fracción parlamentaria de AD, Jaime Lusinchi, conocí y traté a Carlos “El Negro” Jorquera, ese inteligente y amable periodista que había sido gran amigo y asesor de prensa de Allende, entonces asilado en Caracas. La firme amistad entre Jorquera y Lusinchi se había iniciado mientras éste vivía en Santiago, huyendo de la persecución política del despótico gobierno de Pérez Jiménez.

Muchas veces conversé con “El Negro” y a veces escuché sus anécdotas sobre los momentos finales del Presidente socialista en La Moneda. Ahora confieso que, por efectos de la maquinaria propagandística, en medio de la brutal dictadura pinochetista, entre los periodistas venezolanos surgió una corriente de simpatía hacia el allendismo, que evitaba hurgar en los procedimientos atrabiliarios que destruyeron la democracia. A eso había contribuido la atracción que todavía ejercían los Castro en las juventudes del Continente, además de la leyenda del Ché Guevara.

Hoy, después de haber visto correr tanta agua bajo los puentes, me pregunto entonces adónde conduce el desquiciado estado de cosas reinante en Venezuela, con el gobierno cubano interviniendo sin tapujos en la vida diaria el país. ¿Estaremos ante la posibilidad de un estallido de violencia?
ricardoescalante@yahoo.com

miércoles, 16 de enero de 2013

Del socialismo al dictador militar de derecha

Ricardo Escalante, Texas
Esta fría y gris mañana que llega a los huesos con nostalgia y con la calefacción limitada para no descoser el bolsillo, paso revista a las noticias y veo con desconcierto las emociones de ciertos insensatos frente a comentarios del nuevo Canciller venezolano, Elías Jaua. En esas estoy cuando el teléfono repica varias veces y, grata sorpresa, recibo el tardío saludo de año nuevo de mi viejo amigo inglés de fina y hasta agresiva ironía. Magnífico conocedor de la realidad latinoamericana.

“¡Sigues atornillado a Texas!”, es afirmación que pretende ser saludo, ante lo cual respondo con una frase irrepetible que mezcla desánimo y malestar por los tiempos que corren en Venezuela y en buena parte del Continente, como consecuencia de los líderes populistas autoritarios. “¡Afortunado tú con tus costales de libras esterlinas!”, replico en tono provocador.

-Bueno, te informo que la corrupción venezolana sigue haciendo de las suyas. El petróleo venezolano sigue siendo administrado como bien particular de los enriquecidos dueños de la “revolución”, mientras la población… Cuba no va a ceder un solo centímetro ahora, porque el poder ya no está en Miraflores sino en manos de Raúl Castro. Hay una situación casi irreversible que solo se resuelve por vías…

Atajo a mi amigo para advertirle que “la revolución no solo es roja rojita, sino bien armada”, lo que provoca su comentario tal vez bien premeditado para esta ocasión:

-Ustedes tienen una visión que apenas les llega a la nariz, porque desconocen su historia contemporánea y todavía más la latinoamericana, que es fundamental para comprender por qué viven el drama actual y por qué es necesario tener cabeza serena y formada para pensar y decidir el futuro. ¿Tú sabes, por ejemplo, qué ocurría en Chile antes de la llegada de Pinochet? ¿Sí o no? Si no lo sabes, pues te recomiendo una película que acabo de ver en Santiago por recomendación de mi amiga Renata Alegría. La puedes ver sin pagar un dólar… ¡Mírala y despierta, carajo!

Pues bien, la perorata del inglés me llevó a Youtube para ver con horror cosas que podrían dejar estupefacto a cualquiera, algunas de las cuales yo recordaba en forma distorsionada, relacionadas con el mito revolucionario de Salvador Allende, ese intelectual montado sobre una maquinaria de propaganda de justicia ilusoria. Hay asombrosos paralelismos con la Venezuela del Socialismo del siglo XXI. Las causas de aquello, el enorme parecido entre Frei Montalva y Rafael Caldera... Un breve fragmento de una entrevista en la cual Allende le dice a Régis Debray, que durante la campaña electoral él lo había dicho y repetido: Su propósito era llegar al gobierno para derrumbar el sistema a cualquier costo y, por eso, él desconocía sus acuerdos con el Congreso para respetar la Constitución.

En el documental se encuentran testimonios de los afectados por la ola de expropiaciones en el campo y en la ciudad, invasiones de propiedades. Las bandas del terror armadas que se conocieron como Grupos de Amigos Personales (GAP) del Presidente, versión renovada de lo cual no es extraña a los venezolanos: Los colectivos. La confiscación de radioemisoras, los sindicatos paralelos y la corrupción, sobornos. El propio Allende intentó comprar por un millón de dólares a un empresario-camionero para finalizar una huelga, y cuando el hombre se quedó en silencio le dijo “¡dos millones!”… La falta de aceite, papel toilette, azúcar, jabón, pan, leche, vegetales… Racionamiento de combustibles. Y algo muy importante, el mandatario chileno afirmaba que si se intentaba una revolución reaccionaria, “armas tendrá el pueblo”, exactamente como lo decía y repetía Chávez: “¡No se equivoquen! Esta es una revolución armada. Las armas están en manos del pueblo”… Aquellos fueron dramáticos episodios en los cuales estaba metida la mano de Fidel Castro, que entonces se instaló un mes en Santiago para diseñar la desquiciada política allendista.

Después viene la parte odiosa pero útil porque permite ver cómo los extremos se tocan, como un régimen de extrema izquierda, intolerante, agresivo, pavimenta la vía a un régimen militar de ultraderecha. La película justifica el régimen militar, que con el uso de la fuerza logró el milagro económico con asesoramiento del Premio Nobel Milton Friedman y sus Chicago boys, pero no dice una sola palabra sobre los miles de muertos, torturados, desaparecidos y perseguidos durante la pesadilla de 17 años que significó Augusto Pinochet.

Por todo ésto y mucho más, no vacilo en recomendar a mis lectores que vean el documental: http://www.youtube.com/watch?v=UrzyYYIpNtc
 
PD. Los amenazo con un breve artículo sobre lo que yo hacía el mismo día del derrocamiento y suicidio de Salvador Allende.

sábado, 12 de enero de 2013

Por qué quieren un mito

Ricardo Escalante, Texas
Más allá de la controversia sobre el aspecto constitucional, la ausencia del presidente Hugo Chávez en la vida venezolana se hizo ostensible con las complicaciones surgidas casi en el mismo momento en que se sometió a la operación de diciembre en La Habana. Desde entonces los venezolanos saben que existe pero no les consta porque no lo ven, ni lo escuchan y ni siquiera reciben sus impetuosos Twitter. Todos saben que ya es pasado, pero aún así se impuso una ruidosa farsa con ulteriores intenciones.

En sus graves condiciones, aislado por completo, es obvio que no está al tanto de los apremiantes problemas nacionales y está incapacitado para tomar decisiones. Ni siquiera pudo firmar una carta anunciándole a la Asamblea Nacional su imposibilidad de juramentarse como Presidente para un nuevo período, elemento suficiente para que corrieran como pólvora las especulaciones de variada índole.

Ahora la situación es delicada en extremo porque el país va a la deriva no solo por las dudas sobre la validez legal de los actos del vicepresidente –como afirman ciertos especialistas-, sino por la reiterada irresponsabilidad del ignorante audaz Nicolás Maduro y del atrabiliario Diosdado Cabello.

En ese ambiente es válido preguntarse cuáles han sido los motivos de la negativa a reconocer el vacío presidencial. ¿Hay algún propósito escondido detrás de tal insensatez? Pues claro que sí. Se trata de la estrategia diseñada en La Habana por los cerebros de uno de los regímenes más hijos de puta del mundo actual, que ha cerrado todo resquicio de oxígeno a cualquier reclamo de libertades de su pueblo. Que no dista mucho de aquellos de Siria, Bielorrusia y de Zimbabue –adorados por Chávez-. En más de cincuenta años, los Castro han llevado a cuestas más de seis mil muertos, decenas de miles de desaparecidos y cientos de miles de presos y perseguidos.

 Raúl Castro, que minuto a minuto sigue los acontecimientos venezolanos, es consciente de las limitaciones intelectuales y políticas de Nicolás Maduro y de las terribles alucinaciones y la voracidad económica de Cabello. Sabe que los dos carecen de arraigo popular, aunque el teniente Cabello controla militares, parlamentarios y gobernadores, que en un momento pudieran facilitarle el manotazo de sus sueños. Por eso, son obvios los apuros de Raúl para madurar con carburo el liderazgo que no se ve después de Chávez.

Frente a esa intromisión en los asuntos de los venezolanos, es necesario entonces rechazar la pretendida idea del hombre bueno que en realidad no fue, porque hasta en los momentos finales desconoció, por ejemplo, elementales derechos humanos del comisario Iván Simonovis y de la jueza María Lourdes Afiuni, a quien hizo apresar en condiciones que dieron lugar a una violación sexual que el Presidente conoció, calló y ni siquiera fingió investigar.

Ahora bien, ¿qué desvela a Raúl Castro en estas prolongadas noches de agonía presidencial? En primer lugar, le preocupan los detalles para distraer a la siempre bien distraída oposición venezolana, en la cual hoy sólo se ve un joven con resistencia física para maratones pero con baches en sus conocimientos de economía, historia contemporánea y asuntos sociales. Carece de olfato de estadista. Un joven cuya memoria corta lo empuja a negar sus orígenes en la vieja política, como una forma de segregar a los partidos distintos de Primero Justicia.

Los aspectos relevantes de la estrategia castrista se concentran, al mismo tiempo, en robustecer el mito que Chávez siempre anheló. Por eso, para Raúl era inapropiada la declaratoria de ausencia absoluta que, por supuesto, implicaba dejar que Chávez muriera sin la condición de jefe del Estado. La importancia de este aspecto era capital porque están de por medio las exequias con ceremonias de Estado, que se prolongarán una semana o más, con dignatarios de todo el Planeta como invitados especiales y con interminables cadenas de radio y televisión. La cofradía de autócratas financiada con petróleo venezolano llorará ríos de lágrimas en actos presididos por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.

Cristina Kirchner, beneficiaria de operaciones turbias que salvaron la economía argentina con 7.300 millones en bonos basura y enriquecieron a su entorno y a unos cuantos protuberantes chavistas -además de aquellas malhadadas maletas repletas de billetes que Chávez le enviaba-; el autoritario y corrupto Rafael Correa; el inepto Evo Morales; el sinvergüenza y violador de menores Daniel Ortega; y muchos otros, sufrirán como viudas la desaparición del fundador del Socialismo del siglo XXI.

Serán ceremonias encaminadas a ensalzar la leyenda del caudillo supuestamente benefactor de los desposeídos, pero que en realidad despilfarró cerca de un billón de dólares en catorce años de poder, dividió a los venezolanos y manipuló la ley a su antojo con miras a perpetuarse. De esa enorme llantina de reyes, dictadores y hasta presidentes democráticos, sacarán casi como de un sombrero al potencial sucesor de Chávez, cuyas actuaciones son tan serias y aprendidas como las de Mr. Bean. No será entonces difícil imaginar el parto con fórceps de un gobierno de Nicolás Maduro, que a cada instante correrá el riesgo de ser defenestrado. Solo logrará mantenerse profundizando la dictadura creada por Chávez o abriendo camino a una sociedad plural, posibilidad ésta que él niega de antemano.

Frente a ese panorama desolador sólo queda tratar de estimular liderazgos sólidos, robustos, con visión para abrir perspectivas democráticas. Ojalá esto ocurra para bien del país.
ricardoescalante@yahoo.com

jueves, 10 de enero de 2013

¿Daniel Ortega?

Ricardo Escalante, Texas
Hay pueblos que sucumben al hechizo de líderes carentes de las cualidades éticas indispensables para asumir elevadas responsabilidades y para mejorar las condiciones sociales y económicas de sus conciudadanos. Y esos pueblos terminan en sufrimientos y ruina.

Son líderes autoritarios, populistas, que se amparan en supuestos respaldos de las mayorías electorales manipuladas. Tuercen la ley a su antojo para perpetuarse en el mando, roban, acorralan a quienes se atreven a disentir y a lanzar denuncias.

Hoy, cuando los medios de comunicación tradicionales y modernos ejercen una influencia innegable, cuando todo y cualquier cosa está al alcance de la mano y en un minuto en internet, y cuando la educación es más desarrollada y especializada, de manera inexplicable persisten los dictadores nada fáciles de destronar. América Latina es hoy pasto fácil para esos especímenes.

Ahora bien, ¿que explica y a dónde va esta perorata de hoy? Pues algo despreciable proveniente de alguien aun más despreciable. El presidente Daniel Ortega, de Nicaragua, en una de sus frecuentes alucinaciones, acaba de calificar de buitres y carroña a los dirigentes de la oposición venezolana. Y algo todavía peor: Lo hizo en Caracas en un acto de respaldo al gobierno que ahora encabeza Nicolás Maduro, a pesar de los empeños por fingir que Chávez sigue en funciones de Estado.

Por eso es pertinente preguntarse quién es Daniel Ortega y por qué actúa de esa manera. Y las respuestas no son complicadas porque el prontuario del personaje de marras dista mucho de lo que deben ser la dignidad y la conducta inmaculada de un jefe de Estado. El dirigente sandinista debería estar preso por delitos graves cometidos antes y durante el ejercicio de la presidencia de la nación centroamericana.

Zoilamérica Narváez -hijastra de ese presidente- tenía once años cuando comenzó a ser violada sexualmente por él, obligada a sostener relaciones con terceros, amenazada de muerte y perseguida. El escalofriante relato hecho por la víctima ante distintas instancias describía a un implacable y cruel verdugo, a un peligroso aberrado que contaba con la complicidad de su esposa, Rosario Murillo, autora de múltiples hechos de corrupción.

Un fragmento es suficiente para describirlo: “Él eyaculó sobre mi cuerpo para no correr riesgos de embarazos y así continuó haciéndolo repetidas veces: mi boca, mis piernas y mis pechos fueron las zonas donde más acostumbraba echar su semen, pese a mi asco y repugnancia. Desde entonces, para mí la vida tuvo un significado doloroso. Las noches fueron mucho más temerarias, sus pasos los escuchaba en el pasillo con su uniforme militar; recuerdo clarito el verde olivo y los laureles bordados en su uniforme”…

Durante su primer gobierno, que se conoció como la “primera rapiña sandinista”, Ortega se apropió de una espaciosa casa del banquero Jaime Morales Carazo –amigo del dictador Anastasio Somoza-, decorada con una importante colección de obras de arte y armas antigüas, una exquisita biblioteca, muebles y otros objetos de valor. Para silenciar a Morales, Ortega le propuso la vicepresidencia de la República en su segundo gobierno.

Como si esto fuera poco, él se ha beneficiado de los recursos petroleros venezolanos y los ha dilapidado y ha desarrollado alianzas gansteriles con funcionarios chavistas venezolanos y de terceros países. Lo aquí narrado es apenas la punta del iceberg, pero refleja bien el prontuario de un lamentable líder latinoamericano. Un verdadero delincuente común, pues.
¿Carroña? ¿Buitres?
ricardoescalante@yahoo.com

martes, 8 de enero de 2013

¡Vainas de Nicolás!

Ricardo Escalante, Texas

Cada vez encuentro más razones para admirar las virtudes de mi excelso Maestro de Derecho Constitucional Pluscuamperfecto, Nicolás Maduro, aunque debo aclarar de una vez por todas que tal vez por un hecho meramente fortuito, el hijo de Hugo Rafael Chávez Frías es él y no yo. Eso, por supuesto, lo hace a él heredero universal y directo de la fortuna intelectual del prenombrado ciudadano de Sabaneta.

Mi venerado Maestro defensor del principio constitucional según el cual “chivo que se devuelve se esnuca”, acaba de reconocer en vivo y en directo que su padre le había girado instrucciones “para que lo siga haciendo bien”. Como especialista en ese derecho constitucional-penal que él mismo creó, recuerdo que Nicolás siempre nos decía “a confesión de parte relevo de pruebas” y, en consecuencia, he decidido liderar una organización  para reclamar y tramitar su cambio de apellido.

¿Cambio de apellido? Si, claro. Me asisten poderosas razones para hacerlo: La primera es mi creciente admiración por él, porque anoche inclusive el señor Maduro se atrevió a echar la tremenda vaina de reconocer que a quien creíamos que era su padre, un buen día le habían metido gato por liebre. Y ésto no lo digo yo. “Su palabra vaya “alante”, como decía con erudición el propio Maestro en sus nada aburridas clases magistrales.  Y tengo, además, una razón de sonoridad, porque no es igual ser Nicolás Chávez que Nicolás Maduro, con todas las implicaciones sucedáneas que ya vendrán a colación.

El Maestro, cuyo bien articulado pensamiento siempre tiene ulteriores y refinadas intenciones, esta vez también dejó colar a través de la televisión sus dudas sobre la naturaleza del ADN del nutrido grupo de socialistas del siglo XXI que lo rodeaba. Agitando el índice derecho, con lentes Christian Dior en la punta de la nariz y en medio de un sepulcral silencio cómplice, agregó: “Chávez es padre de todos nosotros. Todos nosotros somos sus hijos”…  Ahora recuerdo que mi abuelita también estaba armada, a su manera, con frases acordes para cada ocasión. Una de ellas era: "El que calla otorga".

Al escuchar la contundencia de tales palabras, mi viejo amigo Olmedo Lugo me llamó  desde uno de esos ruidosos bares de Sabana Grande, en Caracas, para decirme entre bromas y veras: “¡Ese líder fue toda la vida un GP! Menos mal que nunca pasó por Trujillo, porque esta noche muchos de nosotros estuviéramos mirándonos las caras con inocultable desconcierto”…

¡Què grande es Nicolás!

sábado, 5 de enero de 2013

Ese raro brillo intelectual



Ricardo Escalante, Texas
Después de haber analizado durante varios días la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sin dormir un minuto y sin siquiera ir al baño, tengo la autoridad que yo mismo me confiero para sentarme en este taburete a esperar una llamada desde La Habana, desde Miraflores o hasta de la Moderna Universidad de Desahuciados (MUD).  Nadie me ha llamado, pero eso va a ocurrir porque mi interpretación terminará por ser indispensable para regir los destinos cubano-venezolanos, que ahora son los mismos.

Con mi desvergüenza habitual admito que este es el mismo taburete hecho con cuero de chivo traído del árido Coro por mi venerable Maestro de Derecho Constitucional XVIII, Nicolás Maduro, cuyas enseñanzas han sido fundamentales para mi éxito profesional. Recuerdo que en sus sesudas clases el Maestro siempre decía que lo esencial del Derecho Constitucional era el principio aristotélico conforme al cual “chivo que se devuelve se esnuca”, válido para el manejo acertado del país y también de los autobuses del Metro de Caracas. “¡No lo olviden!”, exclamaba a cada rato.

Solo después de tanto tiempo, ahora he venido a comprender la trascendencia de aquel principio aristotélico incorporado al Derecho Constitucional moderno por mi Maestro, autor de un famoso tratado de obligatorio estudio tanto en Miraflores como en los cursos en la reconocida escuela de cuadritos rojos rojitos de La Habana.  Y mi admiración por su brillantez intelectual tipo Palmolive aumenta precisamente ahora, cuando descubro que, por ejemplo, el Maestro acaba de dictaminar que no hay ni falta presidencial absoluta, ni temporal y ni siquiera todo lo contrario y que, además, la juramentación presidencial es apenas un formalismo porque “la ruta de la Patria está fijada por nuestro pueblo”.  Más claro no canta un gallo: “chivo que se devuelve se esnuca”…

Nunca olvido el instante en que el exigente y sabio profesor con  cara de niño y bigote una vez recortado a lo Hitler, poco a poco pero de manera firme fue levantando el índice derecho mientras proclamaba en tono solemne: “El Derecho Constitucional y los autobuses son casi lo mismo. Ustedes aceleran y luego pisan el freno. No lo hagan de manera simultánea porque eso rara vez funciona”…

Durante estos días mi venerado Maestro se ha esmerado advertir que la Constitución “es apenas un formalismo”, a pesar de lo cual muchos no quieren entender que en este instante “se abre una flexibilidad dinámica” constitucional.  Pero… Y si eso es perfectamente inteligible, no sé por qué carajos entonces vengo yo con mi desatado atrevimiento a tratar de explicar lo que no necesita explicaciones…  Tampoco sé por qué he pasado tantas horas en este precioso taburete, cuando en realidad todo está dicho de manera diáfana: “El que tenga ojos que escuche”, como ha dictaminado el ilustre tratadista.

Ahh, por cierto, sería imperdonable dejar de recordar que en sus clases magistrales de Derecho Penal Compulsivo del siglo XXI, la insistencia del venerable era machacona al citar a un tal profesor Enrico Ferri a la hora de ilustrar los principios legales de navegación del ferry hacia Margarita, y nos remitía a su monumental tratado que reza: “A la oposición, palos y encapuchados de coeficiente intelectual Glock 45, modelo Diosdado”...  Por eso comprendo las razones del constitucionalista para denunciar “una ofensiva internacional en complicidad con la derecha criolla para enrarecer las aguas”…
Nicolás siempre lo decía; ¡Argumentum ad baculum!
“¡Que viva Maduro (In)!”

viernes, 4 de enero de 2013

Una carta desde Chile


He leído sus interesantes artículos. Me gusta su forma de escribir Es una prosa fácil y agradable seguir, incluso para mí, que no soy muy dada a leer artículos políticos. Además me pusieron al tanto de muchas cosas que ignoraba.

El caos que está viviendo Venezuela me hace recordar el que nos sucedió a los chilenos en tiempos de Allende. Lo malo es que acá abunda la mala memoria y ya muchísimos no recuerdan lo acaecido en esos tiempos.

Vino entonces la intervención militar y el consecuente régimen del general Augusto Pinochet, que puso orden al desorden que imperaba y la situación económica del país mejoró. La población en general alcanzó la seguridad individual y colectiva pero a otro costo, el político. Cierto es que después los militares estuvieron demasiado tiempo en el poder y hubo excesos que no han debido haber ocurrido, como también exageraciones de lo que realmente sucedía y, en fin, nada es perfecto. De alguna manera estoy agradecida a Pinochet, que con todas sus falencias, nos dejó el país en vías de progreso y, aunque le doliera a la oposición de entonces, el cambio de la Constitución y varias amarras que dejó nos favorecen de muchas maneras.

Me hizo mucha gracia la ironía según la cual el texto de consulta de Maduro es el Libro Gordo de Petete; señor que, por cierto, nada tiene de maduro, según lo que entendemos en Chile.

Me sorprende que gran parte de la población venezolana, sumamente afectada por los des criterios del gobernante Chávez, se aflijan y gasten buena parte de su tiempo en lamentarse por él. Aquí hubo incluso en un diario que publicó un artículo con lamentaciones de ministros venezolanos: http://www.emol.com/noticias/internacional/2012/12/31/577060/ministros-venezolanos-se-reunen-para-orar-por-la-salud-del-presidente-hugo-chavez.html. Esas son las extrañas cosas que ocurren en América Latina. Me pareció también inconcebible la reelección de la presidenta de Argentina, en circunstancias en las cuales había un enorme rechazo a ella. Ese rechazo continúa, pero es posible que la vuelvan a elegir si la constitución lo permite.
Saludos desde Santiago,
Renata Alegría

jueves, 3 de enero de 2013

A mis contactos en Facebook

Esta mañana fui informado de que mi cuenta en Facebook ha sido interferida por hackers y, en consecuencia, he procedido a cambiar la contraseña.  Ruego a mis lectores no abrir los links de videos que aparecen como recomendados por mí, puesto que solo utilizo las redes sociales para informar la incorporación de nuevos artículos.
Gracias por su atención.

miércoles, 2 de enero de 2013

Detestable veneración

Ricardo Escalante, Texas
¿Qué es, cómo, dónde y por qué surge la adoración al mandamás?  Hay una frase que desde hace cerca de 60 años se ha utilizado para definir de manera contundente la perjudicial veneración a los dictadores, sin importar el signo ideológico y el rebuscamiento o la crueldad de los procedimientos opresivos. Se trata de una actitud colectiva irracional fomentada por quienes buscan perpetuarse en el poder.

Hitler, Stalin, Mao Tse Tung, Mussolini, Tito, Franco, Perón, Gaddaffi, Kim Il Sung, Perón, Sadam Hussein y muchos otros, promovían esa paranoia cada uno a su manera.  En los tiempos que corren en América Latina, Fidel Castro y Hugo Chávez son los casos más prominentes. En África está Robert Mugabe y en Europa Lukashenko.

Fue precisamente en una de las más brutales de ignominias donde nació y se hizo imborrable la expresión “culto a la personalidad”.  Nikita Khruschev en su famoso informe secreto ante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, acuñó para siempre la frase al describir y condenar las torturas, asesinatos a mansalva, violaciones de todo género, cometidas por Stalin contra sus conciudadanos. Khruschev lo denunciaba con propiedad, puesto que venía de las entrañas del régimen y, asqueado, se rebeló contra la memoria del despiadado bigotudo de Georgia. El propio Nikita terminó por ser un formidable dictador que a la postre fue defenestrado por sus "amigos", que le censuraban los excesos alcohólicos.

Ese gélido 25 de febrero de 1956, arropado e irreconocible en un pesado abrigo, mi apreciado y viejo amigo Pompeyo Márquez se encontraba en Moscú entre los invitados extranjeros al XX Congreso, pero no les permitieron el acceso a la estruendosa sesión. En uno de nuestros frecuentes almuerzos en restaurantes de La Castellana, en Caracas, él me narró como el PCUS había montado la patraña para distraerlos  con un recorrido por lugares turísticos de la ciudad y, por supuesto,  no pudieron presenciar el hecho histórico y ni siquiera les llegaron rumores.

Luego fueron trascendiendo los detalles de aquel evento pero, por supuesto, los atropellos de los gobiernos comunistas nunca se agotaron. Y aunque Márquez seguía militando en el PCV, empezó a ver las cosas desde el punto de vista crítico y autocrítico y se fue desilusionando de la farsa del sistema que pregonaba la “igualdad entre los hombres”.  En una oportunidad hizo un viaje para visitar a su esposa e hijos en la capital rusa, adonde habían sido llevados durante la persecución política en que se encontraba, para descubrir con indignación que los tenían como en un campo de concentración, aislados y maltratados. “Yo juré después que por el resto de mi vida combatiría todo lo que oliera a culto a la personalidad”.

Los líderes carismáticos que se consideran irremplazables, con facultades cuasi maravillosas, han producido severas distorsiones en la vida y costumbres de los pueblos que los han adorado de manera enfermiza. ¿Es eso aceptable hoy? ¿Podemos tolerar dirigentes opositores que se ponen de rodillas ante las imágenes del autócrata y hasta le piden milagros?  ¿Puede acaso olvidarse el daño infligido a las instituciones civiles y políticas del país afectado?

Además, resulta irracional la sola idea de sufragar por un ignorante audaz escogido por el líder autoritario en la inminencia de su hora final. Un panglosiano incapaz de pensar y hablar simultáneamente, que ya en su época de chofer de autobuses estaba afectado por el Principio de Peter, en cuyo discurso abundan los peores retazos de las incongruencias del jefe.  Ahh, pero él piensa que manejar la República no es más complicado que recorrer las calles y avenidas con un autobús del Metro, pisando el freno y el acelerador cada tres minutos. ¡Un loco de atar!  ¿Cometeremos el suicidio colectivo poniéndonos en sus manos?

Cuidado con estafadores



A través de la red se multiplican los mensajes de hampones que tratan de obtener dividendos de gentes de buena voluntad.  La dirección electrónica de un buen amigo periodista y profesor en una reconocida universidad española, fue interferida, sus contactos borrados y enviados mensajes pidiendo dinero en su nombre.
 Como advertencia a todos los lectores de esta página, copio el texto atribuido al reconocido profesional Carlos Pérez Ariza, con quien compartí buenos tiempos de reportero en Caracas:

“Espero que esto te llegue a tiempo, hice un viaje a Edimburgo, Reino Unido y se me fue robado el bolso con mi Pasaporte Internacional, Tarjetas de Crédito dentro. La Embajada está deseando ayudarme con dejarme tomar un vuelo sin mi Pasaporte, solo que tengo que pagar por el billete y cubrir las cuentas del Hotel. Para mi desgracia, no puedo acceder a mis fondos sin las tarjetas de crédito, ya contacté con mi Banco pero necesitan más tiempo para los procesos y así conseguirme uno nuevo. En esa inoportuna situación he pensado en pedirte un préstamo rápido de fondo que puedo devolverte tan pronto que regrese. necesito como 1,200 euros para cubrir mis gastos. Realmente necesito estar en el próximo vuelo. Si puedes obtener los fondos envíalos por Western Union eso será muy bueno porque es la mejor opción que tengo, Puedes Me dieron un carnet temporal en la Embajada así que eso no será un problema si tienes los fondos envíalos a traves de la oficina local de Western Union y en 20 minutos ya lo tendría aquí. es más conveniente para mí y Siento mucho cualquiera inconveniencia que podría causarle esto. Puedo enviarte los detalles en cómo hacer.
Espero ansiosamente tu respuesta.”