La salida del
ingeniero Argenis Chávez de la presidencia de la Corporación Eléctrica Nacional
de Venezuela (Corpoelec), refuerza la ola de rumores que durante semanas han
venido circulando sobre enfrentamientos entre una parte de la familia de Hugo
Chávez y altos funcionarios del gobierno.
Después de haber
estado año y medio en el cargo, designado por su entonces hermano Presidente de
la República, Argenis Chávez ofreció una explicación que no lució convincente (permitir la reestructuración del ente estatal).
Sus palabras fueron interpretadas como un signo de la procesión que el chavismo
lleva por dentro.
El nombramiento de
Jeese Chacón como ministro de Energía Eléctrica fue el detonante. Ya se sabía de la existencia de discrepancias
entre el ministro Chacón y los hermanos del fallecido teniente coronel, después
de una larga y estrecha amistad que alimentó especulaciones sobre negocios. Un buen día el Presidente Chávez había
ordenado meter preso a Arné Chacón, hermano de Jeese, por hechos de corrupción,
y varias veces recordó haberlo conocido
como “un pata en el suelo”, lo que culminó con la renuncia de este al
ministerio de Ciencia y Tecnología.
Este primer signo
claro de las fisuras afecta no solo al gobierno, sino también a su bancada en
la Asamblea nacional y al PSUV, como consecuencia de la ausencia de un
liderazgo sólido. Hasta ahora todo indica que Nicolás Maduro no disfrutará los cien días de luna de miel que suelen vivir todos los presidentes, porque sus problemas van mucho más allá de la oposición. ¿Sobrevivirá en política para contarlo?
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