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viernes, 6 de junio de 2014

Amenaza internacional del chavismo


Ricardo Escalante
Desde hacía varios años tenía pendiente la lectura de la Anatomía de un instante, de Javier Cercas. Ahora en un banquito de la placita cercana a mi casa avanzo con celeridad en sus páginas, cargadas de aspectos interesantes del golpe de Estado protagonizado por el teniente coronel Antonio Tejero en España en 1981.  Las ráfagas de aire caliente propias de esta época no impiden que el tema me atrape.

Es un calor pegajoso y hasta premonitorio con sus pájaros negros que revolotean. Algunos se aproximan caminando con arrogancia en la grama, pican semillas y me observan de manera amenazante. Tal vez invado su terreno. Vuelvo a la lectura para descubrir que las mentiras de Hugo Chávez nunca eran originales, porque hasta se copiaba del despiadado ultraderechista Francisco Franco.  Es increíble. Entre Franco y Chávez había coincidencias, aunque uno estaba en un extremo y el otro en el opuesto, lo que viene a confirmar el axioma de que los extremos se tocan.

Leo, reflexiono y miro de reojo a mis amenazantes compañeros, cuando el teléfono repica con su tono cada vez mayor.  “¿Aló, aló?..”  Alguien pronuncia un par de frases con acento británico:  “Hey, how are you doing?  I hadn´t had news from you for a long time”… Ahí lo reconozco y pregunto qué se había hecho, dónde se había escondido.

Mi viejo amigo inglés reaparece cuando en muchos países soplan vientos que no pronostican nada bueno. Ni siquiera en Gran Bretaña, donde sus flemáticos ciudadanos -que guardan las apariencias y espían al vecino a través de las cortinas-, ahora tienen un partido radical con banderas antieuropeas que crece como la espuma.  “¿Qué hay de nuevo?”, indago porque sé que sus alforjas siempre están llenas de buenos datos.

“¿Qué sabes de la relación del gobierno de Nicolás Maduro con Pablo Iglesias y su partido en España?”, pregunta él y sin esperar respuesta se refiere a los 320 mil euros suministrados por Venezuela a una fundación para la cual el dirigente de Podemos trabaja con otros catedráticos.  “Una maniobra detrás de la cual está la intervención chavista en los asuntos españoles. La confederación autocrática bolivariana tiene avances más allá de América Latina”, sentencia.
Claro, yo había leído algo sobre ese joven Iglesias, declarado admirador de Chávez.  Su discurso populista, mentiroso, cautiva, incautos de manera peligrosa, y aunque no habla de revolución, hace insinuaciones.  Sus dicterios van contra la clase tradicional, que está obligada a reinventarse con urgencia, tal como Felipe González lo advirtió.

“Ustedes no tienen siquiera papel higiénico y medicinas, pero financian movimientos radicales por aquí y por allá.  Evo Morales, Correa, Daniel Ortega y otros, siguen la moda del poder perpetuo impuesta por Chávez.  La reelección dañina causa estragos hasta en la próspera Colombia. Y en España es obvio que el sistema está apolillado”…

Interrumpo a mi amigo con un comentario sobre los avances de su uso del español, a lo cual replica que la política latinoamericana lo ha llevado a perfeccionarse.  “El sistema en España está tan mal que el nuevo Rey le fijará un sueldo  su padre, como si no le bastara la fortuna acumulada en 40 años.  La corrupción ha desvencijado a la monarquía. Esas cosas de la moral son el caldo de cultivo para Iglesias, que apunta a una reforma constitucional para eliminar la monarquía y establecer la república.  El PP está minado por la corrupción y en el Psoe también hay debilidades.  Habrá que ver cómo reaccionan”, prosigue la perorata del inglés.

Después de unas cuantas digresiones, el británico me dice a manera de secreto que entre la gente de Pablo Iglesias hay ciertos vínculos con etarras anclados en Venezuela.  “Después te cito un par de nombres –agrega-.  El chavismo no solo destrozó a Venezuela, sino que quiere hacer lo mismo en otros lugares”…  Me interesan los detalles, pero el amigo los anuncia para la próxima vez y promete hablar de las visitas de Iglesias a Caracas.

A todas estas, mis queridos lectores, ustedes se preguntarán qué copiaba Chávez de Franco. Para sugerir que después de su muerte el franquismo continuaría inalterable, el 30 de diciembre de 1969 el dictador español dijo que todo estaba atado y bien atado.  Después lo repitió en varios escenarios, sobre todo en el militar.  Chávez decía y recalcaba que la revolución chavista estaba amarrada y bien amarrada, que había llegado para quedarse. También hubo otras frases exactamente iguales. Franco y Chávez abrían la boca pensando en el culto a la personalidad.  
@opinionricardo

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