Ricardo Escalante
No hay lugar a
dudas. El presidente Nicolás Maduro ha empezado a dar un toque mágico a lo que
Hugo Chávez trataba de definir pero que, a consecuencia de sus aprestos de toro
de lidia, siempre enredaba sin fórmula de solución. Maduro está clarito y, por eso, acaba de
designar a una “militara” en el ministerio de la Defensa.
Así, la almiranta
Carmen Meléndez –aunque según el DRAE almiranta es la mujer del almirante- ha
recibido la ciclópea encomienda de crear
“una poderosa zona económica militar socialista” en Venezuela. ¿Dónde estará y para qué servirá esa
zona? Ahh, bueno, como especialista en tácticas
de militaras gordas, viejas, feas, bajitas y también flaquitas, trataré de
aclarar el asunto.
En primer lugar,
por supuesto, debo referirme a los lineamientos impartidos a la oficiala
predilecta, durante un acto de graduación de militares y militaras: “Tenemos que iniciar desde ya -y son órdenes
que le he impartido a la nueva ministra Carmen Meléndez- (...) a articular lo
que tenemos y comenzar a planificar las inversiones en función de una poderosa
zona económica militar socialista”… “
La militara
Meléndez deberá organizar y poner a trabajar "los cerebros (y cerebras),
los científicos, los investigadores" que, según el flamante Presidente
venezolano, el país ya tiene, además de la "concepción de la doctrina
militar", el "concepto de guerra" y el "concepto para
preservar la paz" y la soberanía territorial de Venezuela… Maduro piensa que todo eso ya estaba ahí, “muy clarito”, pero hasta ahora era
inservible. Chávez gastó 25 mil millones
de dólares en chatarra militar, que habremos de recuperar.
Al entrar en
definiciones tan innovadoras, el jefe del Estado venezolano, que sí sabe del
manejo de maquinaria militar por su larga experiencia como chofer de Metro de
Caracas, lo que busca es montar una fábrica de arcabuces Winchester para
desmantelar la mentira del poderío militar de Estados Unidos. Y lo único que le falta a la “clarita”
estrategia del despacho presidencial, es la pronta llegada triunfal del
“hermano” Edward Snowden.
Los servicios de
contrainteligencia majunches han descubierto que ahí, al lado de la oficina de
Maduro, se está montando el control master del servicio de espionaje que el
“hermano” Snowden dirigirá para grabar las conversaciones amorosas María Corina
(¡tiene novio!), y para descubrir qué hace Obama en sus prolongados ratos de
ocio. “¡Snowden, hermano, vente hoy!”,
es el grito antimperialista de Caracas.
No es juego:
¡Imperialistas, temblad!
Aclaratoria: Los términos militara, almiranta, cerebra y oficiala,
son inherentes al anticolonialismo madurista. No los inventé yo.
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