Ricardo Escalante,
Texas
Después de haber trabajado durante un lustro con
británicos en Caracas y de haber vivido en Londres, me aventuro a decir que un
rasgo fundamental de ellos como pueblo es la arrogancia y su deseo de perpetuar
los todavía importantes restos de su tradición colonialista. Y aunque en todas
partes existe de todo, tal vez podría pensarse que en general no son ni locos
ni incultos, aunque sí disfrutan el espectáculo de la arbitrariedad en otras
latitudes.
Tienen sus muchas cosas buenas. Una es la BBC,
que se ha erigido en el mundo como ejemplo a seguir en materia de equilibrio,
ponderación y profundidad informativa, lo que le ha valido interminables
conflictos con primeros ministros y otros altos funcionarios que no han podido
quebrantar esa admirable y respetable institución. Otra son sus tantas y tan
buenas universidades, entre las cuales cito solo dos a manera de ejemplo; Cambridge
y Oxford. Una tercera, es el enorme
desarrollo científico y tecnológico, que ha hecho enormes contribuciones al
desarrollo de la humanidad.
Entre las malas están, como ya dije, la
arrogancia y los deseos imperialistas, cuyo mejor signo es la vetusta y
económicamente costosa monarquía que pareciera mostrar inequívocos signos de
agrietamiento moral, uno solo de los cuales es el reciente escándalo
protagonizado por el príncipe Harry con sus bacanales. Me pregunto por qué los británicos no renuncian
a un enclave situado a 8.187 millas náuticas de Londres, para
concederle independencia a las islas Falkland o Malvinas, que los argentinos reclaman
como suyas pero los lugareños no lo quieren así.
¿Y por qué digo lo anterior? Ahh, porque ese loco que ha conseguido poner
en aprietos al Departamento de Estado de Estados Unidos con sus grandes
revelaciones en Wikileaks, también ha conseguido que la arrogancia británica se
exhibiera de manera inconveniente, con el infausto anuncio de que la policía
inglesa podía entrar a la embajada de Ecuador para capturar a Julian Assange.
Claro, el Foreing Office actúa basándose en una ley que así lo permite.
Pero el asunto de fondo está también en que lo
definido por Ecuador como contradicciones y debilidades del Reino Unido, es una
contradicción mayor aun, porque el presidente Rafael Correa tiene una política
de intolerancia y atropello sistemático a la libertad de expresión y a otros
derechos civiles y políticos.
Ahh, y no se puede pasar por alto la activa
solidaridad de Venezuela con Correa, porque aun están frescos los atropellos a
que fue sometida la Nunciatura Apostólica por el asilo concedido al entonces
dirigente estudiantil Nixon Moreno. Es de presumir que, entonces, el caso
Assange servirá para que todo cambie para que todo siga igual y para que él -que
es australiano pero quiere hacerse el sueco frente a las acusaciones de
violación sexual-, termine como huésped de Miraflores…
ricardoescalante@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario