El éxito de un ingeniero industrial venezolano que desde niño se interesó por las orquestas dirige la Filarmónica Latinoamericana de Houston y el departamento de estudios musicales de la Universidad de Santo Tomás.
Ricardo Escalante
Al nacer hace 50
años en Maracaibo, Glenn Garrido traía su predisposición musical. Creció y
obtuvo el título de ingeniero industrial en la Universidad del Zulia pero nunca
ejerció como tal, sino que continuó los estudios en Estados Unidos hasta lograr
un PhD en lo que siempre le había gustado, la música, y ahora dirige la
Orquesta Filarmónica Latinoamericana (FL) de Houston y el departamento de
música de la Universidad Santo Tomás.
Como a muchos
otros en aquella calurosa ciudad venezolana, el padre optó por ponerle un
nombre excéntrico: Glenn, exactamente como uno de los más grandes directores de
bandas de todos los tiempos, Glenn Miller. Gregorio, el padre, era trombonista
como Miller y también uno de sus admiradores, además de propietario de Garrido y sus solistas, agrupación
que muchas veces alternaba con Luis Alfonzo Larrain, la Billo´s Caracas Boys y
Los Melódicos.
Después de haber
dictado clases en varios centros de estudios superiores, Glenn llegó a ser jefe
del departamento de estudios musicales de St. Thomas University. La FL,
organización profesional de 52 músicos, ha logrado en apenas dos años una
amplia reputación al haberse especializado en la interpretación de temas tradicionales
y populares de distintos países de la región y las entradas para sus conciertos
se agotan con rapidez.
En el 2014 la
orquesta hizo homenajes a Billo Frómeta y a Simón Díaz, además de haber tenido al
mexicano Tony Camargo con El Año Viejo en uno de los eventos celebrados en el
Cullen Hall, en el centro de Houston. Con sus 88 años a cuestas, Camargo
conserva intacto el tono de voz y recuerda innumerables anécdotas de los dos
años que pasó en Caracas durante la época de Pérez Jiménez, cuando cantaba con
la orquesta de Larrain. En el homenaje a Billo actuó como cantante Mary
Frómeta, nieta del recordado artista, y los arreglos musicales para la ocasión
estuvieron a cargo de Charly Frómeta.
Con Cheo García, Abreu y otros
Los primeros
pasos de Glenn en la música fueron en Maracaibo con su padre, a cuya saga
aprendió a tocar clarinete y piano.
Después trabajó 17 años con Gregorio Garrido en distintas bandas y
orquestas. Desde los 9 años había tomado clases tanto particulares como en el
Conservatorio de Maracaibo. Tuvo como maestros a Eduardo Rhan, Pepino Terencio,
Jesús Ignacio Pérez Perazzo y al reconocido colombiano Blas Emilio Atehortúa,
quien iba a Caracas a dictar clases en el Conservatorio Simón Bolívar,
contratado por José Antonio Abreu cuando era ministro de cultura.
De niño había
visto de cerca al popular Cheo García, que había trabajado y desarrollado una
estrecha amistad con Gregorio Garrido. “Una vez mientras yo era adolescente la
Billo´s fue a Maracaibo. Yo quería saludar a Cheo pero el vigilante no me
dejaba pasar. Tuve que rogarle que le
transmitiera el mensaje de que un hijo de Garrido quería verlo, ante lo cual su
reacción inmediata fue “déjelo pasar”. Ahí sostuvimos entonces una grata
conversación que nunca olvido.
Luego fue el
primer invitado de provincia en dirigir la Banda Marcial Caracas, a partir de
lo cual recorrió el país con distintas organizaciones orquestales, lo que hizo
que al egresar de la Universidad del Zulia ya tuviera un buen camino recorrido
y se le facilitara la obtención de una beca de la Fundación Gran Mariscal de
Ayacucho para cursar un master en dirección en New Hampshire University. El
entonces ministro Abreu valoró sus méritos y lo ayudó.
Regresó al país,
trabajó de nuevo en Maracaibo cerca de un año y consiguió otra beca completa de
la Universidad de Florida, en Gainesville, para hacer el PHD en estudios
musicales, con énfasis en dirección. De manera simultánea daba clases de
clarinete y era director asistente de la orquesta universitaria, lo que
contribuía al avance de sus conocimientos y al aumento de las relaciones en el
mundo de la música académica.
Al graduarse en
el año 2000 no solo pasó a ser el primer PHD venezolano en música, sino que se
vinculó al Berry College en Georgia como coordinador de educación musical,
cargo que desempeñó por 12 años, para ser después jefe del área de su
especialidad en la universidad católica Santo Tomás, en Houston, y convertirse
en fundador de la Filarmónica Latinoamericana.
Ahora, además del
compromiso administrativo y de clases en la Universidad Santo Tomás, participa
en la elaboración del cronograma de actividades de la orquesta para este año -que
contempla una gira por Nueva York y Washington-, y avanza en los planes para
2016.
-¿Hay algo
novedoso en las nuevas generaciones de músicos latinoamericanos?
-En América
latina somos privilegiados. En cada gran ciudad hay una filarmónica y una
banda. En Argentina, Brasil y Colombia,
además de Venezuela, hay orquestas juveniles que son estimuladas por el Estado
y eso, por supuesto, contribuye a la expansión del conocimiento musical y
cultural en general. Nosotros acabamos
de traer como invitada a la talentosa pianista argentina Lorena Eckell, que ha
realizado giras importantes. La pianista venezolana Gabriela Montero goza de
gran reputación en Europa, la directora mexicana Alondra de la Parra es
excelente. El joven director argentino José Luis Cladera cuenta con una
trayectoria admirable y tiene un proyecto digno de admiración: la Orquesta
Nacional de Ciegos de Argentina.
-¿Orquesta de
ciegos? ¿Cómo se puede dirigir?
-Sí. Cladera ha
desarrollado una técnica especial para dirigirla. Una vez me invitó a dirigirla y yo, por supuesto,
no me sentía capacitado para eso. Viajé
una semana antes para aprender y estudiar tanto las técnicas como las obras y
para entrar en contacto con los músicos principales. Interpretamos Rapsodia en blue. El
director tiene que respirar de una manera más profunda de lo normal y dispone
de un pequeño aparato que hace repicar una o dos veces. Tuve que ensayar mucho
y me equivoqué. Les pedí que me perdonaran, pero en definitiva todo salió mejor
de lo que esperaba.
Ese es Glenn
Garrido, un venezolano que con esfuerzo ha saboreado aplausos. Es el menor de
un hogar humilde con 7 hijos. Todos llegaron a ser doctores gracias al trombón
de Gregorio y a Garrido y sus solistas.
@opinionricardo
ESTOY MUY ORGULLOSA DEL TRABAJO DE MI PADRE EL MAESTRO GARRIDO...SE QUE DONDE QUIERA QUE ESTE SE SIENTE FELIZ Y SATISFECHO POR LOS LOGROS DE MI HERMANO MENOR GLENN ...Y EN GENERAL EL TODOS SUS HIJOS..BUEN TRABAJO PAPI!!
ResponderEliminarA TODOS SUS HIJOS DE DOCTORES CON EL TROMBÓN...RECUERDO QUE DECIA :"YO SOPLO Y USTEDES ESTUDIAN"
GRACIAS SEÑOR ESCALANTE
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