¿Puede el
petróleo ser garantía de estabilidad económica a la hora de cualquier desplome
de precios en los mercados internacionales? ¿Existe la varita mágica para
lograrlo? Aunque parezca irreal es así y el ejemplo digno de admiración está
ahí: Noruega.
El Fondo de
Pensiones de aquel país escandinavo, mejor conocido como fondo de reservas
petroleras de Noruega, ha acumulado más de 860 mil millones de dólares y su
aumento no se detiene. Tiene un
crecimiento vertiginoso y una burocracia de apenas más de 370 empleados. El destino de mil millones de dólares
adicionales se decide cada semana en las oficinas centrales de esa portentosa
máquina de amasar dinero en Oslo.
Claro, eso ocurre
en esa nación de 5 millones de habitantes que encabeza el índice de desarrollo
humano del PNUD, con una expectativa de vida de 81.5 años, renta per cápita
superior a 95 mil dólares anuales, inflación acumulada inferior a 2 por ciento
para el año y promedio de escolaridad de 12.6 años.
La filosofía del
Fondo es obtener los mayores dividendos posibles para asegurar el bienestar de
las generaciones futuras de ciudadanos.
Por eso las inversiones han sido realizadas en ocho mil compañías de 82
países, en áreas de bancos, finanzas y seguros, industrias pesadas y livianas,
bienes raíces, bienes de consumo, petróleo, gas y petroquímica, comunicaciones,
electrónica, ingeniería, salud y farmacéutica, materias primas, pesca y otras.
Cuando Mark
Zuckerberg anunció los planes de colocar a Facebook en la bolsa, los
especialistas del Fondo sacaron cuentas y recomendaron la compra de acciones,
que poco después se vinieron abajo. Ellos entonces se pronunciaron por
conservarlas y el fruto llegó después.
“En tiempos de turbulencia tenemos la posibilidad de sentarnos a
esperar”, le dijo hace un tiempo a la
BBC el presidente ejecutivo de la empresa, Yngve Slyngstad. Y aunque en el caso
de Facebook se corría un riesgo, la política es que las colocaciones se hagan
en firmas rentables a largo plazo.
Pero como suele
ocurrir cuando la riqueza es grande, ahora el dolor de cabeza es si un solo organismo
debe disponer de tal masa de recursos.
De allí que el próximo paso sea cómo dividir el Fondo en tres o cuatro
que funcionen de manera eficiente e independiente. Por todo eso, por supuesto,
Noruega y su alto desarrollo constituyen una gran lección para los países que
han visto en el petróleo una fuente inagotable de recursos para financiar la
ineficiencia, el derroche, la corrupción y han liquidado el sector privado de
sus economías.
@opinionricardo
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