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sábado, 29 de junio de 2013

Houston se alucina con la colección de arte Capriles Brillembourg

El Museo de Bellas Artes expone buena parte de las obras de la hija del fallecido editor Miguel Angel Capriles.

Ricardo Escalante, Texas
Junto a la obra Naturaleza muerta con limones, de Diego Rivera
El Museo de Bellas Artes de Houston, uno de los mejores de Estados Unidos y del mundo, exhibe en este momento una de las grandes y más completas colecciones de arte latinoamericano del presente: La de la venezolana Tanya Capriles de Brillembourg (TCB), una de los herederos del editor periodístico Miguel Angel Capriles.

Hasta el dos de septiembre estará abierta al público esa muy particular visión cultural, que reúne conjuntos completos de obras de un mismo artista, de otro y otro más, hasta presentar distintas épocas de cada uno. Eso precisamente diferencia a Capriles, viuda del banquero David Brillembourg, de otros coleccionistas.
Armando Reverón, Elías Crespin, Wifredo Lam, Jacobo Borges, Sandú Darié, Rufino Tamayo, Joaquín Torres-García, Loló Soldevilla, Francisco Toledo, Matta, Francisco Matto, Armando Morales, Diego Rivera, Fernando Botero, René Portocarrero, Emilio Pettoruti, Antonio Seguí, Carlos Rojas y David Alfaro Siqueiros, forman parte del evento titulado Intersecting Modernities.

No todas las obras de la amplia y ambiciosa colección de TCB que el MFAH tiene en comodato, están en la exhibición. Grupos de expertos se encargaron de la selección tomando en consideración criterios modernos, para resaltar la creciente importancia de un arte que durante mucho tiempo fue desestimado frente a tendencias europeas y norteamericanas.

Caminando desapercibida entre los muchos visitantes, encontré a Tanya Capriles de Brillembourg y conversé con ella. Lo hace con naturalidad, sin las formas de ser complicadas o vanidosas que a veces es inocultable en otros coleccionistas, que entienden esa actividad como símbolo de estatus. Ella combina, además, el arte con actividades de carácter social, benéficas, a través de su fundación SaludArte, que ha integrado la plástica con música y danza, con la participación con jóvenes con síndrome de Down.

“Al hacer una presentación en el MFAH con motivo de la inauguración de la exhibición, tuvimos en el escenario tres bailarines con síndrome de Down procedentes de Madrid, con lo cual demostré que las obras de arte sirven para algo más que estar colgadas en la pared. Esa obra fue titulada Sinergy, sinergia de todas las artes, causó una magnífica impresión en el público”, subrayó TCB.

Yo siempre había escuchado que Miguel Angel Capriles poseía una enorme colección de arte y, como era lógico suponer, imaginaba que él había inducido la afición de su hija. Pero cuando hago el comentario en ese sentido ella me ataja:

“No. No fue así. Yo comencé a comprar mucho antes que él. Él se inició en ese mundo en los años 80, después de haber sufrido un infarto. El médico le aconsejó que tuviera un hobby, como una manera de aliviar las presiones de su trabajo intenso, y, entonces, comenzó a dedicarle tiempo al arte y a la compra de piezas. Mi padre llegó a tener obras valiosísimas, muy buenas, pero su colección no es coherente. El era un hombre culto y en nuestra casa había copias de grandes artistas, como Picasso, pero fue a partir de los ochenta cuando comenzó a formar su colección”.

El editor -MAC, como le llamaban- iba a subastas y pujaba hasta llevarse lo que le interesaba. Su hija Tanya, por el contrario, ya andaba en ese mundo pero con un estilo diferente, discreto, prefería el anonimato. Durante muchos años sus incursiones en las subastas ocurrían a través de su asesora Clara Sujo, a quien le decía lo que le interesaba y le daba instrucciones.

Mientras recorríamos la exhibición, deteniéndonos por momentos para escuchar explicaciones sobre uno u otro artista, trato de saber cómo, cuándo y por qué adquirió la primera pintura. Tanya saluda a uno de los empleados del Museo, sonríe y me mira casi como pensando en tiempos y circunstancias distantes.
“Bueno, eso ocurrió de manera instantánea el día en que por primera vez vi una pieza de Jesús Soto. La contemplé mucho y me impactó. La compré. Con posterioridad conocí y traté al maestro Soto, escuché las explicaciones de sus orígenes y la relación de la lluvia en Ciudad Bolívar, su ciudad natal y su inspiración artística, con lo cual lo entendí más y desarrollé mi admiración por él. Así fui observando otros artistas y comprando, no una obra sino muchas de un solo artista, cosa que a mucha gente le ha llamado la atención”.

 “En mí no hay nada glamoroso. Hay coleccionistas que dicen que su labor ha ido fruto de una gran pasión, de la intuición. Yo, en cambio, le puedo decir que inicié mi colección tal como he dicho, pero, por supuesto, hay también un acto creativo que implica una visión particular del entorno, del arte, del pensamiento, de la cultura”, agregó.

La colección de Tanya Capriles de Brillembourg ha sido restaurada y en buena medida reenmarcada atendiendo los criterios que, según los expertos, tenían los autores para el momento en que los artistas realizaron cada obra. Y en los planes del MFAH está hacerla itinerante, comenzando en el Museo Malba, de Buenos Aires. Un evento cultural fuera de serie.

Nota:
Reproducción No. 2: Retrato de mujer, de Armando Reverón
Reproducción No. 3: Composicción abstracta, de Matta

martes, 25 de junio de 2013

¿Independiente yo?

Ricardo Escalante
Cuando uno escribe como periodista y fija posiciones sobre cualquier tema, queda, como es lógico suponer, expuesto a la crítica.  Así es y así tiene que ser, porque sólo quienes se consideran dueños de la verdad se niegan a la posibilidad de ser refutados.
Eso, además, le ocurre no solo a los periodistas, sino también a políticos, a jefes de Estado y a todo aquel que para bien o para mal tenga algo que ver con la opinión pública.
Escribo estas líneas en medio del calor abrasador y la pegajosa humedad de esta época del año, cuando uno desea que por momentos sople algún airecito refrescante. Pero no, lo que se siente es un anestesiante sopor que casi lo coloca a uno en el desvarío y, además, los altos precios de la energía son limitantes. Descosen el bolsillo.
La somnífera temperatura mañanera casi me hace olvidar que ciertos amigos y otros no tan amigos, me han puesto en el disparadero de sentarme a escribir sobre el controversial concepto con el cual me defino en mi página web: Periodista independiente. ¿Independiente yo? ¿No será más bien una falacia?
Pues bien, para satisfacer a esos lectores voy a entrar en explicaciones, comenzando por la advertencia de que no me molestan en absoluto las recriminaciones o los ataques irracionales de unos cuantos chavistas. Eso, como antes dije, lo considero normal y natural.  Me inquietaría mucho si no hubiera discrepantes, porque de la controversia surgen conclusiones positivas. Así que gracias a todos y, sobre todo, a los epígonos de esa “filosofía” que llaman chavismo.
Cuando dije que soy independiente quise decir exactamente lo que en el Diccionario de la Real Academia se describe como tal: “1. adj. Que no tiene dependencia, que no depende de otro. 2. adj. autónomo. 3. adj. Dicho de una persona: Que sostiene sus derechos u opiniones sin admitir intervención ajena”.
Quise decir que desde hace años no trabajo para ninguno de los medios de comunicación tradicionales y, en consecuencia, no estoy sujeto a cuidar políticas editoriales o a la autocensura. Digo lo que pienso y como lo pienso, así de simple.  En ese sentido soy totalmente independiente, es decir, no dependo de nadie.
Ahora bien, a quienes me han escrito con intenciones admonitorias o de descalificación, debo aclararles que no soy y nunca he sido un eunuco político. No. Muy por el contrario, quienes me conocen y me han tratado saben que tengo mis ideas. Son convicciones firmes que comienzan por el rechazo a todo tufo autoritario, totalitario. Soy antimilitarista y por eso desde el momento mismo de la aventura sediciosa de 1992, consideré a Chávez un hombre falso y un golpista fracasado.
Soy pluralista y creo en la necesidad del debate, en el respeto al adversario.  Eso, por supuesto, no está en la esencia del régimen del primitivo Nicolás Maduro, como lo prueban las golpizas a que han sido sometidos muchos opositores y las truculencias mediante las cuales él fue investido Presidente.  En ese sentido no soy independiente y no podría serlo. ¡Así de simple!

sábado, 22 de junio de 2013

Entre El Caracazo y Pase Libre

Ricardo Escalante
¿Qué es Pase Libre y qué se mueve detrás de eso que revoluciona a Brasil con consignas simples? Muchos no lo saben y con razón, porque ni es un movimiento político ni tiene tesis o programas y, por supuesto, si es algo serio deberá pasar la prueba de las definiciones.
Tomado de la página del Movimiento Pase Libre en Facebook
El motivo de la explosión social que sacudió unas ochenta ciudades, comenzando por Sao Paulo y Río de Janeiro, fue el aumento de las tarifas del transporte público, pero, por supuesto, para que eso ocurriera tenía que haber algo más. El aumento de precio del transporte tiene que entenderse como el chispazo, como el detonante de un malestar colectivo que se había ido incubando.
Aún es temprano para hacer afirmaciones contundentes sobre las causas de fondo, pero es indiscutible que a pesar de la alta popularidad de que venía disfrutando la presidenta Dilma Rouseff, ya había descontento. Hay conocedores del asunto que hablan de insatisfacción frente al discurso oficial demagógico.
Una de las tesis que están en el tapete tiene que ver con la vivienda y la tierra, que a su vez se relacionan con el transporte de los sectores populares. Tierras cada vez más caras inciden en la construcción de viviendas distantes de los grandes centros de trabajo y, en consecuencia, el transporte colectivo se encarece.
A ello se suman las expropiaciones en áreas en las cuales se construirán o se están construyendo instalaciones para el campeonato mundial de fútbol. Muchos afectados no han sido compensados, lo que ha dado lugar a la formación de comités de reclamo y, por supuesto, las contradicciones sociales han salido a relucir.  El problema no es nada fácil.
Una de las dramáticas fotos de El Caracazo
¿La explosión social tiene entonces algo que ver con gasolina? Pues claro que sí, porque el combustible es esencial y sin él nada se mueve, con el agravante de que el precio actual en Brasil es 1.40 dólares por litro y dentro de poco aumentará, lo que a su vez incidirá en el costo de vida.
La inmensa ola de saqueos, quema de negocios, muertos y heridos, ocurrida en Caracas el 27 y 28 de febrero de 1989, también tuvo como causa inicial el aumento del precio de la gasolina  -decidido por el entonces naciente gobierno de Carlos Andrés Pérez, como parte de un programa de ajustes económicos destinados a paliar la crisis venezolana-.
El presidente Pérez sostenía que El Caracazo no fue fortuito, sino organizado por conspiradores de izquierda y de derecha interesados en desestabilizar el país.
Entre los hechos ocurridos en aquella época en Venezuela y los de ahora en Brasil, hay coincidencias y diferencias muy importantes. En Caracas nadie pudo ser identificado como cabeza visible del estallido, mientras en Sao Paulo y Río hubo incluso convocatorias del Pase Libre a través de Facebook y otras redes sociales.
La magnitud de El Caracazo fue mucho mayor. Los daños materiales fueron de miles de millones de dólares y no hubo cifras precisas del número de muertos, aunque las versiones oficiales hablaban de 300 y de varios miles de heridos. Movimientos subversivos militares y civiles aprovecharon aquellas circunstancias para arreciar sus actividades, que tambalearon al gobierno y abrieron cauce a golpes militares y a la destitución del Presidente.
Es temprano para calibrar las repercusiones del caso brasileño, que tuvo como líderes a universitarios agrupados en el Movimiento del Pase Libre, cuya única consigna ha sido el reclamo por el alza del transporte público.
Ha habido muchos otros casos de revueltas populares en distintos países, tal como dije en uno de mis anteriores artículos sobre el mismo tema.  En todos ellos la motivación ha sido el rechazo a gobiernos ineficaces, pero tanto en Venezuela como en Brasil el detonante fueron los pasajes, vale decir, la gasolina.
Rouseff ha reaccionado con velocidad para ganar simpatías entre los indignados y, en ese camino, prometió un ambicioso pacto social que tiene como meollo los servicios públicos. ¿Cumplirá? ¿Habrá ganado esta batalla imprevista? No es descartable que tenga el ojo puesto en la reelección presidencial…

viernes, 21 de junio de 2013

¡Cuidado Maduro! ¡Viene el tren!..

Ricardo Escalante
Las enormes protestas callejeras en Brasil demuestran que gobiernos demagogos como el de Dilma Rouseff terminan pagando el precio de sus engaños. Engañan una y 50 veces, pero no pueden hacerlo siempre porque en algún momento quedan al descubierto.

Rouseff ha tratado de ponerse al frente de la explosión social con un argumento parecido al que en Venezuela usaba el presidente Rafael Caldera, según el cual el pueblo siempre tenía la razón. Ahora la historia ha demostrado que uno de los grandes culpables de los daños ocasionados por Hugo Chávez y Nicolás Maduro, es el doctor Caldera por haber indultado a los militares golpistas de 1992.

Rouseff creyó que todo se tranquilizaría con sus palabras fáciles e instando a la anulación del alza de los precios del transporte, pero el resultado está ahí. Todo el mundo ha visto con asombro las descomunales manifestaciones contra la presidenta y ella, desconcertada, le dio el visto bueno a los servicios de inteligencia para que investiguen Facebook, Twitter, Instagram y WhatsApp. Ahí pretende encontrar los orígenes del descontento.

Ahora, el peligro de esos embrollos es que pudieran traspasar las fronteras brasileñas y expandirse a países vecinos en los cuales las condiciones sociales son peores. El caldo de cultivo existe, porque el malestar se ha acumulado durante años. 

Es falso que gobiernos que han hablado de bienestar y justicia social, de redención de los pobres, hayan ido más allá de la retórica y de la propaganda. Tales son son los casos de Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina y otros.

Venezuela vive una situación extrema, de caos económico, político y social. Lo único que ha impedido que la gente salga a las calles es la represión militar, los mecanismos institucionales al servicio del régimen y el control de los medios de comunicación de masas. La descomposición moral ocasionada por el chavismo no tiene límites y no se recuperará en una o dos generaciones. Es la verdad.  La inflación ha llegado a 40 por ciento en lo que va de año y las cifras oficiales sobre desempleo son maquilladas.

Maduro, sin embargo, trata de aparecer en el exterior como San Nicolás, repartiendo lo poco que queda de las reservas económicas internacionales y contratando endeudamientos por aquí y por allá. A Cuba siguen yendo más de cien mil barriles de petróleo por día y el régimen de Evo Morales sigue siendo parásito de Venezuela. Chávez le construyó cuarteles, carreteras, escuelas, le regaló una caravana de carros blindados, aviones y dinero en efectivo. Ahora el ministro de la presidencia boliviano acaba de revelar que una de los últimas dádivas son 404,3 millones de dólares para respaldar el programa social "Bolivia cambia, Evo cumple".

 El orondo ministro de la presidencia boliviano, Juan Ramón Quintana, con alguna dosis de ingenuidad puso las cosas en su lugar: ¡No es préstamo! No. ¡Es un regalo!!!

miércoles, 19 de junio de 2013

¿Sobrevivirá a su embrollo?

Ricardo Escalante
Las revueltas sociales son cíclicas, sin que haya un país exento de su amenaza. Ocurren en cualquier parte y cuando nadie las imagina, con consecuencias a veces dolorosas en términos de vidas.  Dramáticos ejemplos son los de la Primavera  Árabe, que comenzaron en Túnez en el 2010 y dieron al traste con dictaduras como la de Mubarak en Egipto.
 Desde hace un tiempo se ha venido hablando de una menor velocidad de crecimiento económico de Brasil, aunque el gobierno de Dilma Rouseff se esmera en edulcorar la situación con frases demagógicas.  Ella pretende negar la existencia de un hecho real, tangible: El descontento causado por políticas oficiales, y no solo por el aumento de las tarifas del transporte público.
El Producto Interno Bruto del gigante suramericano creció apenas 0,6 por ciento en el primer trimestre del año y la inflación se aceleró, llegando a 6,5 por ciento, el límite superior del rango estimado por el Banco Central para los últimos 12 meses. Y aunque ciertos especialistas auguran una recuperación industrial para 2014, la cosa no es como para creer que esos dolores de cabeza se aliviarán con aspirina.

Los españoles parecieran estar acostumbrándose a salir a la calle de manera recurrente por las elevadas tasas de desempleo, inflación y otras complicaciones, mientras el lúgubre Mariano Rajoy mira el techo, se rasca la barba e intenta ocultar la corrupción de su partido. Los problemas de España son estructurales, y tienen incluso el componente moral que carcome a la familia real.
Las explosiones sociales no se pueden ignorar, se extienden como el fuego y a veces se contienen solo con el derrocamiento de gobiernos y líderes autoritarios.  Los ejemplos son interminables y demuestran que políticos primitivos, como el venezolano Nicolás Maduro, solo sobreviven por vía de excepción. La fuerza bruta termina por actuar contra ellos mismos.
El mayo francés (1968) se hizo inolvidable por la magnitud que alcanzó. Charles de Gaulle no fue defenestrado porque quienes asumieron el liderazgo de las manifestaciones no tenían ese propósito, pero las circunstancias obligaron a la convocatoria de elecciones anticipadas.
Checoslovaquia y Polonia experimentaron los estallidos sociales harto conocidas, a pesar de la represión brutal de los regímenes comunistas que entonces imperaban. Los cambios fueron inevitables. ¿Y qué pasó con el cruel Nicolae Ceaușescu y su mujer? Ahh, muy sencillo: Los rumanos se hartaron y los ejecutaron luego de un juicio sumarísimo.
La historia universal está llena de casos como esos, en los cuales los ilegítimos, los arbitrarios, siempre terminan mal.  Por eso, a Nicolás Maduro debemos recomendarle que ponga los bigotes en remojo. Los sacudones se contagian y pasan factura.

lunes, 17 de junio de 2013

¡Así no se puede!

Ricardo Escalante
Esta mañana, mientras desayunaba en el patio de mi casa con una deliciosa pisca andina y arepa, prendí la laptop y procedí a leer el último artículo de Mario Vargas Llosa, titulado El hombre sin cualidades, escrito como alabanza a la gran Hannah Arendt y rechazo al despiadado asesino Adolf Eichmann.

Un exquisito artículo. Más que un elogio a Arendt y un repudio a ese criminal a quien describe como “un pobre diablo mediocre que encontró en la burocracia del nazismo la oportunidad de ascender”, el escritor lanza al voleo una serie de reflexiones que de manera ineludible uno asocia con situaciones actuales.

Tiene párrafos que parecieran retratar a esos individuos cuya única y gran obra ha sido abolir el uso del papel higiénico: “La radiografía de espíritu romántico, congénito a Occidente, nunca se ha liberado del prejuicio de ver la fuente de la crueldad humana en personajes diabólicos y de grandeza terrorífica, movidos por el ideal degenerado de hacer sufrir a los demás y sembrar su entorno de devastación y de lágrimas”...

Y aunque las dimensiones de lo ocurrido en Alemania no tienen comparación, hoy no puedo siquiera imaginar quién estuvo detrás de ese “magnífico” premio de la FAO a la escasez de aceites, harina PAN, azúcar, leche y otros productos esenciales para los venezolanos. A ese sí habría que darle un premio por ese “logro”, como también a los curas que convencieron al Papa para que se retratara con el arbitrario e irracional Nicolás Maduro. El venerable Pontífice no sabe que ha contribuido a la legitimación de ese régimen que nació de la trácala, del uso abusivo de los factores de poder y del respaldo militar y judicial.

 ¿La FAO y el Papa se chuparán el dedo? No lo creo, pero lo que sí sé es que detrás de las organizaciones internacionales se mueven poderosos intereses y que los Estados no escapan a eso. El Vaticano es un Estado y también tiene sus intereses.

 Por eso, ahora leo y releo este otro párrafo de El hombre sin cualidades:
“Cualquiera que haya padecido una dictadura, incluso la más blanda, ha comprobado que el sostén más sólido de esos regímenes que anulan la libertad, la crítica, la información sin orejeras y hacen escarnio de los derechos humanos y la soberanía individual, son esos individuos sin cualidades, burócratas de oficio y de alma, que hacen mover las palancas de la corrupción y la violencia, de las torturas y los atropellos, de los robos y las desapariciones, mirando sin mirar, oyendo sin oír, actuando sin pensar, convertidos en autómatas vivientes que, de este modo, como le ocurrió a Adolf Eichmann, llegan a escalar las más altas posiciones. Invisibles, eficaces, desde esos escondites que son sus oficinas, esas mediocridades sin cara y sin nombre que pululan en todos los rodajes de una dictadura, son los responsables siempre de los peores sufrimientos y horrores que aquella produce, los agentes de ese mal que, a menudo, en vez de adornarse de la satánica munificencia de un Belcebú se oculta bajo la nimiedad de un oscuro funcionario”.

sábado, 15 de junio de 2013

Así era Chávez

Ricardo Escalante
El caso de la jueza María Lourdes Afiuni es conmovedor. Fue víctima de los resentimientos y del abuso de poder que caracterizó a Hugo Chávez y a su gobierno. Estuvo presa desde el 2009 por orden del Presidente, en un caso en el cual circulaban rumores según los cuales se mezclaban presuntos delitos financieros y una relación sentimental de una de sus hijas. Algo como de novela.

La jueza actuó de acuerdo a los preceptos legales y tomó una decisión que provocó la enardecida reacción de Chávez en una de sus cadenas de televisión.  A gritos calificaba a Afiuni de bandida y ordenaba que se la metiera 30 años presa, en otras palabras, la condenaba pues.  Así era Chávez, amo y señor.  Concentraba todo el poder y sus órdenes debían cumplirse sin discusión. Estaba ahí para ser obedecido.
Lo cierto es que los derechos ciudadanos de Afiuni fueron conculcados.  Le siguieron un interminable proceso judicial lleno de vicios que su defensor se encargó de vocear, pero no había nada que hacer porque ella era una presa del mandamás. En la cárcel fue violada. El Presidente lo supo pero no hizo nada, como tampoco abrió la boca cuando se enteró que ella tenía cáncer.  Sus traslados al hospital ocurrían como actos de circo.
Las denuncias sobre las irregularidades del proceso judicial fueron innumerables y hasta llegaron a organismos internacionales.  El Presidente no se inmutaba porque era su presa, condenada por él a treinta años de prisión.

Ese era el Presidente de Venezuela.  Un gran irresponsable que causó un daño que los venezolanos sufren más allá de su existencia, porque como él decía y repetía:  Todo estaba bien atado para que la pretendida revolución se prolongara con las directrices cubanas.
Hoy, a pesar de que la jueza ha sido liberada por decisión del heredero de Chávez, la violación a sus derechos continúa.  No le permiten salir del país, no le permiten hablar públicamente de los atropellos. No puede usar Twitter, ni Facebook, ni Google Plus, ni nada por el estilo.  Le tienen miedo.

Al dejar a Afiuni en libertad, Nicolás Maduro intenta decir que su gobierno es chavista pero distinto. Y lo es. Es distinto porque es peor en incapacidad y ha llegado al colmo de dejar sin papel higiénico a los venezolanos.

jueves, 13 de junio de 2013

Ortega se sale con las suyas

Ricardo Escalante
Obedeciendo a los designios del presidente Daniel Ortega, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó el oscuro proyecto de ley para el otorgamiento de la concesión a un consorcio chino para construir y administrar un canal interoceánico.
No hubo licitación, ni estudios de factibilidad económica, ni de impacto ambiental, ni la opinión pública tuvo la oportunidad de conocer las razones de la preferencia presidencial por el empresario chino Wang Jing, para que mediante una enredada ingeniería de empresas se desarrolle el proyecto.
Tal como dijimos en nuestro anterior artículo titulado El interoceánico Daniel Ortega, esta es otra más de las jugadas a que el dirigente sandinista ha acostumbrado a sus compatriotas, en abierta contravención con los intereses nacionales.  ¿Hasta dónde llegará Daniel Ortega? ¿Responderá un día ante la justicia o, al igual que Hugo Chávez, irá incólume a la tumba?

Se supone que en cualquier caso, a todo gobierno le interesa la mayor transparencia posible en cada acto administrativo. No dejar sombras de dudas que entorpezcan la buena marcha de las instituciones. Eso es un principio fundamental, pero en el caso del sandinista Ortega no es así y, por supuesto, las irregularidades pudieran abrir paso a futuros actos judiciales reparatorios y a un aumento del desconcierto.
Los vínculos de Wang Jing con altas figuras del gobierno de Managua, son un secreto a voces. Ya una vez el propio presidente habló en términos elogiosos sobre los milagros que el millonario asiático y sus empresas harían en el mundo de las telecomunicaciones de la nación centroamericana, sin que hasta ahora se le haya visto el queso a la tostada.  ¿Por qué?

miércoles, 12 de junio de 2013

Para qué sirve un Premio Nobel

Ricardo Escalante
La pulcritud intelectual de Mario Vargas Llosa está revestida de un halo especial que cada día admiro más: El suyo es un compromiso social firme, único, irrenunciable. No se trata sólo de un escritor de descollantes cualidades, sino de un decidido defensor de la libertad y los derechos humanos.
Conferencias, artículos de prensa, viajes, participación en reuniones internacionales. La voz del gran escritor siempre se deja escuchar y se hace sentir en todas partes y en cualquier momento para denunciar injusticias, para denunciar esos caudillismos que tan metidos en los huesos llevan los pueblos latinoamericanos y que tantos sufrimientos causan.
En esa tarea no es ni ha sido único, pero sí el más activo e incansable.  Eso lo convierte en algo más que un Premio Nobel de Literatura, para ser un ciudadano bien informado y dotado de una merecida y poderosa presencia en los medios de comunicación, que utiliza en la condena a los autoritarismos. Eso lo ha colocado en el centro de feroces ataques de la cofradía de populistas que desde hace buen tiempo oprimen a Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, con anclaje en el corrupto gobierno argentino de Cristina Kirchner y con la vetusta dictadura cubana como consejera.
Siempre admiré y admiro el estilo portentoso, penetrante y picante de Gabriel García Márquez. Lleno de sabiduría popular y a la vez culto y profundo, aunque con menos rigor académico que Mario Vargas Llosa, pero entre ellos hay también otras diferencias en las cuales me inclino por el peruano. Me atrae la fuerza de sus ideas.
No trato de ser un crítico literario porque no lo soy, como tampoco soy un consumado conocedor de asuntos literarios de ningún género. Algo habré leído, pero eso no viene a cuento y tampoco creo que a nadie importe. Lo que me interesa es hablar sobre lo que, en mi opinión, coloca a los dos escritores en puntos opuestos: Sus convicciones políticas y el uso de las mismas en la vida diaria.
García Márquez nunca perdió su devaneo con la izquierda marxista y, algo peor, nunca logró deslastrarse del poderoso influjo de Fidel Castro y su despiadado régimen. Ese tal vez fue su impedimento para escribir lo que todos esperábamos con ansias: El segundo tomo de esas memorias que con su bonito lenguaje anunciara y que, sin lugar a dudas, habrían resultado encantadoras, llenas de anécdotas sobre su larga relación con el poder, porque conoció y trató a muchos poderosos, desde Francois Mitterrand y Felipe González, hasta el dictador panameño Omar Torrijos, pasando por Carlos Andrés Pérez, Alfonso López Michelsen y tantos otros.
En el mundo de la izquierda democrática se rozó con Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez cuando encabezaban lo que en un instante pareció la esperanza de una nueva izquierda en Venezuela, pero que pronto se desvaneció: El Movimiento Al Socialismo, partido al que donó el jugoso metálico del Premio Rómulo Gallegos en 1972. Pero lo más trascendente de su relación con la política ha sido el largo y estrecho vínculo con Fidel Castro, que evitó cualquier asomo de condena a los más de seis mil fusilamientos, decenas de miles de prisioneros políticos y desaparecidos, además de la terrible opresión a que han sido sometidos los cubanos durante más de 50 años.
Alguna vez trató García Márquez de justificarse diciendo que sin su influencia muchos no habrían obtenido la libertad, vale decir, el uso de la amistad para interceder por algunos vejados.  Pero no hizo otra cosa, como sí lo ha hecho Vargas Llosa.
Nadie olvida la aventura electoral en que se embarcó Vargas Llosa en 1990 y fue derrotado por Alberto Fujimori. Tal vez fue un revés bueno  para él en lo personal porque se ahorró muchos dolores de cabeza, aunque para el Perú fue un desastre porque desestimó la oportunidad de haber tenido un presidente decente, honesto, para caer en las garras de la inmoralidad del malhadado Fujimori.  
Como dice la canción: “Así es la vida”…

martes, 11 de junio de 2013

A mis lectores

Acabo de incorporar el gadget de seguidores de Google a esta página y, por supuesto, sabré agradecer altamente a los interesados marcar el botón que aparece en la parte superior de mi fotografía.
Gracias
RE

domingo, 9 de junio de 2013

El interoceánico Daniel Ortega

Ricardo Escalante
Los gobernantes autoritarios hacen todo cuanto está a su alcance para perpetuarse y para satisfacer su voracidad económica y la de los suyos, dilapidando y comprometiendo los intereses y las posibilidades futuras de las nuevas generaciones. Sus ambiciones son desmedidas y temerarias.
Uno de esos actos se acaba de ver en Nicaragua, donde Daniel Ortega presentó a la Asamblea Nacional un proyecto de ley para otorgar a un consorcio chino la concesión para construir y operar un canal interoceánico por cien años (cincuenta prorrogables), sin que la opinión nacional hubiese sido informada en detalles y menos aún consultada.
Las negociaciones, que tras bastidores habían venido ocurriendo durante un buen tiempo, tienen visos de afectar el interés nacional de los nicaragüenses , al contemplar la participación de la República en apenas uno por ciento en las utilidades a ser generadas por el funcionamiento de la nueva vía de comunicación marítima.  Se habla de un futuro aumento de esa cantidad, pero la sociedad nica tiene derecho a preguntarse qué se pretende con un hecho de esa naturaleza. ¿Hizo licitación? ¿Cómo y cuándo?
En repetidas oportunidades la honestidad de Ortega ha sido puesta en duda, al ser acusado de usar para fines personales y de sus socios, los recursos provenientes de Petróleos de Venezuela y de otros entes. Nicaragua ha recibido cuotas de petróleo venezolano a precios preferenciales y bajos intereses, sin que se conozcan los estados de pago correspondientes. Parte de esos crudos son revendidos por la empresa Albanisa en los mercados internacionales, y las ganancias se distribuyen entre funcionarios nicaragüenses y venezolanos.
Sin que se hicieran los estudios de impacto ambiental y económico del proyecto, el dirigente sandinista pretende hacerlo aprobar en apenas cuatro días. ¿Por qué? Ahh porque no quiere que salga a relucir lo que intenta esconder bajo la alfombra. ¿Será razonable que, por ejemplo, la autoridad del canal a ser designada reciba apenas diez millones de dólares por parte de los chinos durante diez años?  ¿No tendrán derecho los nicaragüenses a saber si esa cantidad es justa o es irrisoria?  En principio, pareciera que otro se va a llevar la parte del león y que Ortega y sus amigos quedarán buchones.
¿Por qué hay que desconfiar de ese líder “popular”?  Pues porque carga a cuestas una pesada carga de hechos reñidos con la moral y la ley: Violaba a su hijastra Zoylamérica Narváez y la obligaba a tener relaciones sexuales con terceros.  La perseguía con saña.  Se apropió ilegalmente de una casa de un banquero somocista, Jaime Morales Carazo, a quien con el paso del tiempo convirtió en vicepresidente de la República. Atropella a los opositores y procede como un caudillo de estilo chavista.
Sus argumentos, sin bases sólidas, consisten en que el Producto Interno Bruto pasará de 4 por ciento a 10.8 por ciento y el empleo se triplicará, al pasar de algo más de 600 mil puestos a más de 1.9 millones. Se llena la boca diciendo que, además, uno de los efectos positivos de la monumental obra será la desaparición de la economía informal.   
Por todas esas cosas, en Managua se escuchan voces de alarma y preocupación. Los sectores disidentes hablan sobre el tema, mientras el Presidente apresura sus gestiones para que los regímenes del Alba manifiesten su regocijo por la envergadura de su obra y la magnitud de sus implicaciones.  El costo estimado del canal oscila entre 40 mil y 50 mil millones de dólares.
¿El autócrata saldrá incólume de esta nueva treta?

viernes, 7 de junio de 2013

Un tirito al gobierno y otro a la revolución

Ricardo Escalante
La dinámica de las relaciones políticas y económicas internacionales demuestra la inevitabilidad de la convivencia de las naciones, más allá de cualquier diferencia entre ellas. Los tiempos de la Guerra Fría quedaron atrás hace mucho tiempo y la cooperación compromete al mundo, a pesar de la existencia de intereses que procuran hegemonías.
John Kerry y Jaua, muy sonrientes...
La interdependencia sale a relucir en todas las actividades humanas y es de excepcional importancia en áreas como la científica y la búsqueda de soluciones para el aumento de la producción de alimentos, sin excluir siquiera asuntos que no hace mucho eran impensables: Hoy, por ejemplo, grupos de abogados de la comunidad internacional trabajan en el diseño del Derecho Espacial, para regular la exploración, uso y explotación del espacio y de los cuerpos celestes, los vehículos que por ellos circulan, etc., es decir, preparan las naturales relaciones jurídicas.
La cooperación no implica, por supuesto, que estemos a un paso del fin de las injusticias, de las guerras o de las dictaduras. Menos aún quiere decir que los grandes avances logrados nos coloquen en la víspera del paraíso terrenal, que algunos predican sin fundamento y solo por razones demagógicas.
¿Y a propósito de qué viene esa perorata? Ahh, muy sencillo: Después de haber gritado hasta la saciedad cualquier clase de improperios contra el gobierno norteamericano y “denunciado” una conspiración internacional para derrocarlo, ahora el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha descubierto que sin el imperio no sobrevivirá y que éste puede serle útil en los actuales momentos de apremio. ¡Maduro ni siquiera tiene papel higiénico!
Ese es el motivo de la reciente reunión entre el canciller Elías Jaua y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Alguien le hizo ver a Maduro que, entre otras cosas buenas para él, ese encuentro significaría el tácito reconocimiento del gobierno de Obama al suyo, con lo cual le asestaba un golpe a la oposición y a su excandidato presidencial, Henrique Capriles, que ha venido denunciando el fraude electoral cometido en las elecciones presidenciales de abril.
No obstante, como cada gobierno tiene sus intereses, la Casa Blanca reiteró de manera casi simultánea su respaldo a la solicitud de que en Venezuela haya una revisión transparente y creíble de los comicios.
Pero eso no es todo. Están de por medio las tradicionales exportaciones petroleras venezolanas a Estados Unidos, que van decreciendo de manera progresiva como consecuencia del aumento de la producción interna de crudos y esquistos de Dakota y otras áreas, así como de tecnologías para abaratar otras fuentes energéticas.  Los expertos pronostican que en los próximos años esos cambios elevarán los empleos en Estados Unidos y reducirán los precios de la energía, con las consecuentes repercusiones internacionales.
El discurso venezolano de los últimos años ha sido anti norteamericano pero, al mismo tiempo, sus importaciones de ese país han llegado a la cifra sin precedentes de 60 mil millones de dólares anuales, porque ahora su aparato productivo está paralizado y su economía es de puertos. Dejó de producir inclusive aquellos alimentos que antes se exportaban o que, cuando menos, autoabastecían el mercado nacional.  Se estima que el total de la deuda interna y externa de Venezuela ya roza los 300 mil millones de dólares y los ingresos se dilapidan.
Eso quiere decir que mientras el discurso va por un lado, por el otro se buscan formas de convivencia que ojalá tuvieran repercusiones positivas.  Pero el problema está en que en Venezuela existe un gobierno ilegítimo, no democrático, que concentra todos los poderes en un hombre incapaz y la corrupción está desbordada. La inseguridad campea.
Ese panorama no es nada halagüeño para los venezolanos. ¿Qué hará el país en la medida en que Estados Unidos continúe reduciendo su dependencia energética del exterior? Los fletes del petróleo enviado a China son elevados, con el agravante de que buena parte del millón de barriles de crudo que se le suministran corresponden al pago de ventas a futuro, es decir, a dinero que ya se recibió y se malbarató.  ¡Mal futuro!

miércoles, 5 de junio de 2013

Me avergüenzo del “premio” a Chávez

Ricardo Escalante
No sin profunda indignación he leído la información de que al gran violador de los derechos fundamentales de Venezuela, incluyendo el de libre expresión y pensamiento, le acaba de ser otorgado el Premio Nacional de Periodismo 2013, ahora etiquetado “Simón Bolívar” y “extraordinario”.

Un "premio"  vergonzante
Sólo en una república bananera sin bananas como lo es ahora Venezuela, podía ocurrir un exabrupto de esa naturaleza. La gran obra del teniente coronel no fue otra que acallar medios de comunicación, torciéndole el pescuezo a ciertos periódicos críticos al limitarles la importación de papel y tinta, cancelando concesiones de radio y televisión, metiendo presos a periodistas y persiguiendo a empresarios del ramo.

El hombre que hizo elaborar una Constitución a su medida, exactamente a la usanza de los dictadores de viejo cuño, es ahora bañado en honores por haber vilipendiado a tirios y troyanos en su abusiva cadena de radio y televisión de hasta ocho horas, sin que nadie tuviera derecho a réplica. Hubo semanas y meses completos en los cuales no faltó un día una de sus cadenas, con cualquier propósito banal, con miras a enraizar el culto a la personalidad.  Ese es el “gran” mérito del irresponsable Chávez, que hundió al país en una crisis moral, política y económica sin precedentes. Ni siquiera papel sanitario dejó, menos aún medicinas y otros productos esenciales.
Es posible que el reblandecimiento de las neuronas causado por la senilidad, hubiese llevado a quien se mencionaba como profesora universitaria de significativas calificaciones, para que ahora desde la cabeza de un jurado comprometido y pagado por el régimen, produjera tamaña ofensa al gremio periodístico.

Otra señora que también formó parte del jurado, Lil Rodríguez, se hizo conocida como presidenta de TVES, la empresa que sustituyó a Radio Caracas Televisión, por distraer fondos del canal estatal para pagar sus noches de hotel, con el argumento de que vivía a una hora del lugar de trabajo. Y como si eso hubiese sido poco, hacía transmitir películas sin el pago de los correspondientes derechos a empresas extranjeras, lo que ocasionó demandas que tuvieron que ser satisfechas por la televisora.  ¿Moral?    

A pesar del exabrupto, al dar a conocer el "premio", Lil Rodríguez dijo:“ Decidimos otorgar el galardón extraordinario al Comandante Hugo Chávez Frías porque él le devolvió la palabra a los oprimidos del mundo y en su rol de comunicador social, en su constante batalla contra la mentira mediática, le dio sin descanso al pueblo su lectura sin tregua y nos legó la Patria"...

Ahora lo único que falta es que Simón Bolívar sea reemplazado por Chávez como el verdadero Libertador de la República.  ¡Cosas veredes, Sancho!

martes, 4 de junio de 2013

Pino Iturrieta se equivoca

Ricardo Escalante
Acabo de ver el debut del historiador Elías Pino Iturrieta como editor adjunto de El Nacional, como sucesor de ese gran periodista y erudito que fue Simón Alberto Consalvi, cuyos artículos semanales eran esperados por mí con especial interés. La de Pino Iturrieta, como él mismo sugiere, es ahora una tarea desafiante en un momento también desafiante para los venezolanos.
Es un hombre provisto de un conocimiento profundo de nuestras raíces históricas, que ha sabido cuestionar las manifestaciones autoritarias que nos han dominado y llevado por el despeñadero en los últimos años. Un venezolano admirable, probo. No obstante, surge mi atrevimiento de escribir este artículo como consecuencia de una breve frase que pronunció en la entrevista inaugural de su nuevo cargo, al referirse a los fines del periodismo.
Según el entrevistador, el doctor Pino dijo que “el periodismo no es para tumbar ni para poner gobiernos, pero sí para señalar las situaciones que se viven”… Ahora bien, es posible que él estuviera pensando en la función ideal o utópica del periodismo, que no es precisamente la que hemos visto a diario en los últimos sesenta años en ese país tan tropical que es Venezuela.  La historia de los medios de comunicación venezolanos lo contradice con contundencia.
En la etapa previa al régimen de Hugo Chávez hubo medios que fueron utilizados como instrumentos desestabilizadores y hasta de conspiración, que actuaron como protagonistas principales en la demolición de lo que existía y apoyaron la aventura electoral de ese militar golpista del 4 de febrero. No todos, pero los había y muy importantes. Actuaban de manera sistemática contra gobiernos, movidos por intereses personales, familiares o de grupos y, sobre todo, económicos. Había presiones, chantajes, etc., que a la postre terminaron por corroerlos a ellos mismos y por afectar a los venezolanos en general. ¿Y qué pasó? Pagaron un precio elevado por sus insensatas ambiciones.
La responsabilidad social de los medios tendría que ser, por definición, sublime y no comprometida con parcialidades políticas o económicas. Eso ocurre en países desarrollados aunque, por supuesto, tampoco en todos porque, por ejemplo, Rupert Murdoch no ha sido en Gran Bretaña un ejemplo a seguir.  News of the World era asqueante, con sus interceptaciones telefónicas y otras formas inmorales de revelar “exclusivas”.
Estamos obligados a decir entonces que en Venezuela las empresas periodísticas sí han sido, en gran medida, para poner y quitar gobiernos.  Las consecuencias de eso están ahí y no las podemos ni debemos ocultar: Ellas han sido debilitadas por el Estado, las concesiones de radio y televisión anuladas, los periódicos han llegado casi a escombros económicos, como todo o casi todo en el país.  Todo en Venezuela es caótico y no debemos callar.

sábado, 1 de junio de 2013

¿Deberíamos aprender algo de China?

Ricardo Escalante
El viaje actual del gran líder chino Xi Jinping a América Latina y Estados Unidos,  ocurre en el instante en que el mundo está envuelto en inciertas situaciones políticas y económicas que de manera inevitable mueven a reflexiones.

La hegemonía que hace sesenta años se disputaban Estados Unidos y la Unión Soviética es parte de
un pasado ya no tan cercano, y ahora todos miran hacia China por razones lógicas. Unos lo hacen con expectativas y hasta con dosis de esperanza, otros con fundados temores frente al avance arrollador de un nuevo y distinto imperialismo, mientras el poderío de Estados Unidos pierde terreno en todos los órdenes. La crisis de su economía es alarmante y cada día se profundiza más.
El desarrollo tecnológico y científico de China es fascinante y a la vez inquietante.  Los chinos saben lo que quieren y por qué, sin perder oportunidades. Han acumulado una riqueza que sobrepasa en mucho los 3.300 billones (¡billones!) de dólares en sus reservas internacionales, impulsada por el crecimiento de un aparato industrial que se ha multiplicado por 23 en los últimos 30 años.  ¿Les parece poco?  Ya no son las baratijas made in China sino mucho más.
Al morir el dictador Mao Tse Tung emergió una nueva clase política que ha interpretado la política de una manera diferente, combinando la represión interna con apertura económica y asombrosos desarrollos científicos y tecnológicos. Deng Xiaoping, Jiang Zemin y Hu Jintao, fueron los artífices de esa transformación que ahora Xi Jinping busca aumentar.
Por eso Xi Jinping se ha hecho presente en Trinidad, en las narices venezolanas, para dar a los países anglófonos del Caribe claras señales de interés geopolítico; en Costa Rica, para decirle a Centroamérica que sus ojos están puestos en la región; y en México, porque su avance económico es importante y hasta pudiera desafiar a Brasil. No lo ha hecho para hablar contra el imperialismo yanqui ni para promover la idea del “comunismo del siglo XXI”, porque eso es cosa primitiva y, por el contrario, en este viaje se reunirá con su colega Barak Obama para tratar de concretar planes conjuntos. ¿No es eso inteligente?
Lo primitivo pertenece a quienes no saben que la investigación espacial ahora se encamina a colocar un hombre mucho más allá de la Luna y que China también está en eso. De allí que Xi Jinping no visitara a Caracas en este periplo, aunque estaba cerca de Maiquetía. Sabe que reunirse con Nicolás Maduro apesta, aunque, por supuesto, Venezuela se ha hipotecado hasta los cojones con China y eso va a continuar. Por eso prefirió la salida de enviar un funcionario de alto nivel.
¿Quién es Xi Jinping? Un personaje cuyo nombre suena extraño en español, pero nada improvisado.  Ningún autobusero, que en China los hay muchos y honorables. Estudió ingeniería química en la misma universidad en que se graduó su antecesor, Hu Jintao; se doctoró en leyes y es un intelectual especialista en teoría marxista, con una larga carrera al servicio del partido y del Estado. Desde temprano se hizo conocido por su interés en la promoción del crecimiento económico y tuvo algo que ver con los planes de apertura de Deng Xiaoping.
En el interés de Xi Jinping no ha estado, por supuesto, hacer desaparecer el papel sanitario, ni las invasiones a fábricas. Él cree que el crecimiento económico debe continuar como en los últimos años, y que eso no pasa por la destrucción del aparato productivo que Nicolás Maduro promueve en Venezuela.  Sabe que las dimensiones territoriales, poblacionales y geopolíticas de su país, son otras.
Ahh, y algo muy importante: No anda tratando de exportar el modelo político chino. Eso lo dejó bien claro durante un viaje que en 2009 hizo a México, donde entonces dijo: "Algunos extranjeros con los estómagos llenos y sin nada bueno que hacer, nos apuntan con el dedo… China no exporta la revolución. No exporta ni hambre ni pobreza, y no les fastidia a ustedes. ¿Qué más se puede decir?"
Lo malo es que la represión del régimen chino sigue inalterable y los ciudadanos tienen acceso limitado a internet. Los derechos humanos son pisoteados y la expansión económica se busca a cualquier precio.